Informar para dialogar en una República

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El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón conocido en diversos medios bajo el apodo de “El Bronco”, acudió al H. Congreso del estado de esa entidad federativa a entregar su Informe de Gobierno por escrito El lunes 9 de octubre de 2017, sin embargo, no se dio lectura al documento y tampoco hubo espacio para que se escucharan los posicionamientos de las distintas fracciones políticas. Parecía que el documento habría de entregarlo el Secretario General de Gobierno, Manuel González, dado que el C. Rodríguez Calderón había indicado con antelación “Yo, con enviar el informe al Congreso estoy cumpliendo con la ley”, por tanto se perfiló un escenario en que no realizaría la entrega; empero, el Gobernador arribó al Congreso sin leer algún escrito.

Entre los comentarios que se vertieron en el marco de la sesión, está que el C. Jaime Rodríguez Calderón indicó a modo de reproche “Todos dijeron el año pasado colaborar para llevar una relación cordial, menos complicada”, pareciera que el Gobernador del estado tiene una medida particular sobre la complicación democrática, porque es de suyo conocido que en una democracia las cosas son no sólo difíciles sino complejas dadas la pluralidad política y la diversidad social.

La respuesta del Coordinador del Partido Acción Nacional (PAN) fue emblemática por sintética, el C. Arturo Salinas, expresó “Usted señor gobernador no quería venir aquí porque no quería escucharnos, no quería oír críticas, pero déjeme decirle que tenemos que ser muy claros y señalar los errores que ha cometido […] Este gobierno no ha cumplido con las expectativas que generó”. Y es que el actual gobierno estatal complicó  su desempeño al trabajar con base en un pragmatismo declarativo y decisorio que es una paradoja en sí mismo, asume un origen ciudadano y actúa con prácticas propias de partidos y gobiernos autoritarios.

Más allá del encono político entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, lo que ya es un problema que inició con aquello de considerar que se podía gobernar sin el Legislador; habría de considerarse la ventaja de tener un día de rendición de cuentas y diálogo entre poderes. La democracia es un juego difícil de pesos y contrapesos como expresa Walter Berns en su libro Democracy and the Constitution. Este principio que es también una necesaria práctica está presente en los más diversos teóricos y filósofos políticos, quienes subrayan que la cualidad democrática es el ejercicio en que los opositores son confrontados dialógicamente, es decir, a la oposición se le enfrenta en escenarios no letales, sino que la pluralidad y el debate de ideas posibilita un desarrollo ulterior.

En el caso del Informe de Gobierno del estado de Nuevo León no se abrió la posibilidad de un debate, y el hecho representa un retroceso democrático, pues la postura de uno no se nutre con la del resto. Los mismo acontece en el orden federal donde el diálogo entre poderes se ha vuelto por lo menos improbable. El Informe de Gobierno se convirtió en dos monólogos de dos poderes que en cambio, debieran por el bien de la República asumir que la tolerancia y el respeto al decir ajeno son principios de civilidad política; así las cosas, la máxima tribuna del país está cancelada para el titular del Poder Ejecutivo Federal.

Las democracias contemporáneas son complejas, por ello, en vez de enfrentar hay que construir, en vez de politizar hay que dialogar; en la actualidad  es mayor la tarea que enfrentan los políticos, y los espectáculos que se fundan en denostar al contrario demeritan una labor que debiera lograr consensos para proponer nuevas líneas de solución. Si desde la política profesional se renuncia a la política entonces el mensaje que se manda a la sociedad es preocupante, al debilitar la legitimidad de los Poderes Públicos, y envía señales lesivas a la sociedad: en una nación donde los actores políticos se asumen democráticos ocurre que el diálogo entre poderes está cancelado. La simplificación de la política sólo abre espacios para el populismo y el autoritarismo, el país tiene suficientes problemas para que la ciudadanía además tenga que llevar como lastre a su propia clase política.