¿Elecciones 2016?: En busca de los culpables

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Tal vez, para este día ya leíste mil “análisis” sobre las elecciones del pasado domingo. Algunos quedaron con buen sabor de boca en sus ciudades o estados. Otros están decepcionados al no haber ganado “su favorito”.

La lectura que se puede hacer es tan simple y complicada como eso. Nos dimos cuenta que el género ya no es un impedimento para ser candidato y ser electo. Ahora pesan otras cosas como la experiencia, la personalidad, el partido al que pertenecen y hasta sus antecesores. ¿Acusaciones de crimen organizado? Creo que pocos se dieron por enterados o tuvieron más interés en otras cosas. Durante el período de campañas, escuché a militantes partidistas decir “nuestro candidato va por ciudades grandes, el otro candidato va en las rancherías”. Y bueno, me queda claro que un voto vale lo mismo en una ciudad que en un rancho, pero ¿lo sabrán los asesores?

Algunos les echan la culpa a los partidos políticos, sin embargo no considero que sea responsabilidad total de ellos. Habría que preguntar que hicieron (o no) los gobernadores de cada entidad que se perdió o ganó. Ser autocríticos, objetivos y determinar los desaciertos que llevaron a perder gubernaturas, municipios y distritos locales. Reconocer los aciertos de aquellos candidatos que llevaron una contienda limpia y de arduo trabajo, que les fue reconocida en las urnas.

Incluso hay quien piensa que la culpa la tiene Enrique Peña Nieto por presentar la iniciativa sobre el matrimonio igualitario en período electoral. Podría ser un factor, pero no creo que esto haya provocado la derrota del PRI. Hay que pensar que esta elección (al igual que la del 2015) no fue por los mejores candidatos o más preparados, sino un voto de castigo para los malos gobernantes. Por más bueno, preparado, inteligente e íntegro, si los gobernantes no cumplen sus promesas o hacen algo por sus estados, difícilmente vemos que la gente votará por ese partido –otra vez-. El hartazgo ya se manifiesta en las urnas.

Hay que pensar que esta elección (al igual que la del 2015) no fue por los mejores candidatos o más preparados, sino un voto de castigo para los malos gobernantes. Por más bueno, preparado, inteligente e íntegro, si los gobernantes no cumplen sus promesas o hacen algo por sus estados, difícilmente vemos que la gente votará por ese partido…

Manlio Fabio Beltrones, Presidente Nacional del PRI, se limitó a decir en sus redes sociales “El PRI asume con responsabilidad el mensaje de la ciudadanía al partido y a sus gobiernos. Hay cosas que reflexionar y cambiar”. Mientras que Ricardo Anaya (Presidente Nacional del PAN) y Agustín Basave (Presidente Nacional del PRD) coincidieron en que “las alianzas fueron todo un éxito” y que buscan que sean alianzas de gobierno, a pesar de tener ideologías partidistas totalmente diferentes.

Anaya afirmó que “sirvieron para ganar, pero también para mejorar las condiciones de la gente, en donde ahora habrá un gobierno democrático”. Ciertamente, sin esta alianza PAN-PRD difícilmente le hubieran ganado las gubernaturas al PRI, especialmente en estados como Veracruz o Tamaulipas.

Los independientes pasaron de largo. Únicamente 10 de los 308 registrados lograron algún cargo de elección popular. En la Asamblea Constituyente (Ciudad de México), es posible que Ismael Figueroa Flores (Bombero de profesión) alcance un escaño, dos candidatos a alcaldías en Chihuahua, otros dos en Tamaulipas y Tlaxcala, y uno en Hidalgo, Aguascalientes y Oaxaca. Pero a nivel nacional, donde había candidatos sin partido, no lograron el posicionamiento que Jaime Rodríguez “El Bronco” logró hace apenas un año. Esto nos deja un panorama difícil para aquellos que busquen la candidatura presidencial por esta vía.

Pero a nivel nacional, donde había candidatos sin partido, no lograron el posicionamiento que Jaime Rodríguez “El Bronco” logró hace apenas un año. Esto nos deja un panorama difícil para aquellos que busquen la candidatura presidencial por esta vía.

Más complicado si el único gobernador independiente no cumple con lo que prometió, como mencionan en un video de Las Noticias de Televisa Monterrey (Aquí el link: <ahref=”https://www.facebook.com/lasnoticiastelevisamty/videos/1130442357014518/”>https://www.facebook.com/lasnoticiastelevisamty/videos/1130442357014518/ ) Algo “curioso”, por decirlo así, fue que en cuatro estados donde habrá transición, los candidatos prometieron en campaña investigar gestiones anteriores, acabar con los malos gobiernos y combatir la narcopolítica. Motivos para culpar a los futuros exgobernadores ya se encontrarán, pero esta estrategia les funcionó a los próximos gobernadores de Chihuahua, Veracruz, Quintana Roo y Tamaulipas. Pero ¿cumplirán?

A Jaime Rodríguez le funcionó está estrategia de enfrentarse a su antecesor (y algunos miembros de su gabinete) para subir algunos puntos en su popularidad, porque en los últimos meses hemos visto que su posicionamiento, aceptación y legitimidad no ha sido la mejor, desde que era candidato. Esperamos que no sea un circo mediático, como el que tenemos en el Congreso del Estado.

Esta elección estuvo llena de sorpresas, impugnaciones y abstencionismo. Hay una ciudadanía más despierta, más exigente y crítica, pero todavía estamos en pañales. Falta mucho por hacer, pero como leí por ahí “tenemos la democracia que nos merecemos” y por algo se empieza.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Elecciones Durango 2016 ¿Cómo, por qué, y qué sigue?

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Del 03 de abril al 01 de junio los duranguenses vivimos una jornada electoral histórica. Los resultados preliminares para la gubernatura dieron la victoria a la coalición PAN-PRD encabezada por el candidato Jose Rosas Aispuro Torres.

¿Cómo fue la jornada?

La contienda electoral fue peculiarmente diferente a la de hace 6 años. Aparecieron las figuras de los candidatos independientes, quienes forzaron a los órganos electorales a reajustar las reglas del juego, e invitaron a los ciudadanos a pensar en otras opciones. No obstante, los [pseudo]independientes no tuvieron juego ni vida electoral y los resultados preliminares lo confirmaron.

Por otra parte, una gran mayoría de ciudadanos vivieron el proceso electoral de 2016 a través de redes sociales y los candidatos duranguenses intentaron aprovecharlo. Pintas de bardas, grabaciones de los candidatos, entrega de despensas, calumnias y memes abarrotaron las cuentas de los usuarios. La desinformación figuró por arriba de las propuestas, haciendo de lo que pudo ser un nuevo tipo de campaña más de lo mismo pero en diferentes medios.

Pintas de bardas, grabaciones de los candidatos, entrega de despensas, calumnias y memes abarrotaron las cuentas de los usuarios. La desinformación figuró por arriba de las propuestas, haciendo de lo que pudo ser un nuevo tipo de campaña más de lo mismo pero en diferentes medios.

Los dos candidatos que encabezaron la jornada manejaron narrativas diferentes. Esteban Alejandro Villegas Villarreal, candidato a la gubernatura por la coalición PRI-PVEM-PANAL-PD, centró su campaña en el desarrollo económico de la entidad con propuestas concretas para hacerlo, pero constantemente cuestionadas. El discurso de generar 70 mil empleos a través de una armadora automotriz fue ampliamente criticado por la oposición, mientras que sus seguidores manejaron discursos desordenados sobre si era un hecho o una propuesta. La variedad de respuestas en redes sociales de seguidores priístas evidenció la desorganización e indisciplina dentro de un partido que históricamente tenía cero tolerancia a los errores.

La narrativa del candidato por la coalición PAN-PRD fue única y consistente. Esta campaña pareció estar más enfocada en evidenciar los errores de las administraciones priístas que en dar propuestas claras y bien fundamentadas. Los dos pilares de su narrativa fueron “no más PRI y no más corrupción”; mismas propuestas que ha manejado la oposición en Durango desde su origen. Cumplió con lo primero, falta lo segundo.

Contrario a lo que comenta su equipo, José Rosas Aispuro Torres no ganó por sus propuestas o campaña innovadora; ganó por ser la única alternativa. Es aquí donde radica la peculiaridad de los resultados. No ganó la propuesta, ganó el hartazgo de la población. Cerca del 57% de votantes acudió a las urnas en una votación sin precedentes, de los cuales un 58% no favoreció el nuevo proyecto priísta. Que de ese 58%, el 46% haya favorecido a Aispuro Torres, candidato que encabezó una campaña sin más estrategia que “no más PRI”, sirve para evidenciar que reinó el voto de castigo sobre el voto de propuesta. Hubo cambio de poder no por el trabajo de la oposición, si no por los errores de gobiernos pasados.

Contrario a lo que comenta su equipo, José Rosas Aispuro Torres no ganó por sus propuestas o campaña innovadora; ganó por ser la única alternativa. Es aquí donde radica la peculiaridad de los resultados. No ganó la propuesta, ganó el hartazgo de la población.

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¿Qué sigue?

Un cambio de partido no es sinónimo de transición democrática. Aispuro Torres tiene ahora el difícil trabajo de llenar los zapatos de la alternancia democrática. Tiene el gran peso de cumplir con las expectativas de múltiples sectores de la sociedad que depositaron en él su voto esperando un cambio.

Competir no es igual a gobernar y el nuevo gobierno debe estar preparado para ello.

El nuevo gobierno y Aispuro Torres deberán cumplir las expectativas de estudiantes universitarios que ven en su proyecto una oportunidad para regresar la autonomía a su casa de estudios. Deberán cumplir la expectativa del sector emprendedor, que conocen de primera mano las dificultades de avanzar contracorriente entre corrupción y burocracia. Deberán cumplir con el grupo empresarial, que buscará crecer homogéneamente y a mayor velocidad a como lo ha hecho durante los 12 años pasados. Deberá también cumplir con las exigencias de la “izquierda” (así, entre comillas) que le ayudó a ganar la gubernatura; así como con las demandas del grupo de priístas que, por berrinche o conveniencia, también decidieron apoyarlos. Será difícil cumplir con todo esto, pero más complicado será llenar la expectativa de todos los votantes libres que depositaron en él la esperanza de la alternancia democrática y el cambio. El zapato es grande y el tiempo es poco.

La expectativa fue grande para Obama, para Bronco y para Fox. Si alguna lección debe quedar para la ciudadanía debe ser que ningún nuevo gobierno puede garantizar los cambios de raíz que se esperan. Los índices de popularidad para Rosas Aispuro irán a la baja y tanto ciudadanos y como su gabinete deberán estar conscientes de ello.

El 15 de septiembre inicia un periodo diferente para Durango que representa el reto más grande para cualquier nuevo gobierno: llenar las expectativas que se acumularon durante 85 años de hegemonía priísta.

 

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Imágenes por Omar Berumen

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Intimidades Públicas: “Hasta pronto PRI, carta a los gobernantes”

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El pasado 5 de junio 12 estados de la república celebraron elecciones para elegir al que sería su próximo Gobernador. Los ciudadanos de Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Aguascalientes, Veracruz, Tlaxcala, Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo y Puebla salieron a votar en esta importante elección que serviría como antesala de los comicios Presidenciales del 2018.

Los resultados son públicos, si bien el PREP no es considerado como un resultado oficial, en la mayoría de los casos existen ventajas suficientemente amplias para definir a un candidato ganador.

El PAN logró obtener la victoria en 7 estados, algunos de ellos donde nunca había existido la alternancia como es el caso de Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo. Mientras que el PRI logró la victoria en 5 de ellos, rescatando los estados de Sinaloa y Oaxaca que eran gobernados por el PAN-PRD.

El común denominador es el siguiente: existió la alternancia en los estados en los que el hartazgo de la ciudadanía era suficiente. En este sentido, pareciera que la victoria no es cuestión del perfil del candidato de uno u otro partido político, sino más bien un voto de castigo por el mal gobierno que imperó en muchos de éstos estados.

El común denominador es el siguiente: existió la alternancia en los estados en los que el hartazgo de la ciudadanía era suficiente. En este sentido, pareciera que la victoria no es cuestión del perfil del candidato de uno u otro partido político, sino más bien un voto de castigo por el mal gobierno que imperó en muchos de éstos estados.

El PRI fue el principal perjudicado por esto. La premisa de la democracia es clara: gobernar desgasta; pero desgasta más cuando gobiernas mal. Y eso fue lo que sucedió.

No hay forma de ocultar lo que se hizo mal por parte de los gobernantes en algunos estados como Veracruz, Chihuahua o incluso Quintana Roo. Tan es así, que la ciudadanía hizo lo propio y en forma de desprecio, emitió su voto hacia otra opción electoral con la esperanza de encontrar una forma de llevar mejor las cosas.

No hay forma de ocultar lo que se hizo mal por parte de los gobernantes en algunos estados como Veracruz, Chihuahua o incluso Quintana Roo. Tan es así, que la ciudadanía hizo lo propio y en forma de desprecio, emitió su voto hacia otra opción electoral con la esperanza de encontrar una forma de llevar mejor las cosas.

El mensaje por parte de la ciudadanía es claro: a quien gobierne mal, se le acabó la oportunidad. Esa es la realidad del siglo XXI, y aunque existan quienes no quieran aceptarlo, no se puede gobernar en este siglo como si aún fuera un partido hegemónico donde la pluralidad era ficticia.

Los partidos políticos tienen que repensar sus estrategias y formas de hacer política.

Sin duda, la pasada jornada electoral es una carta abierta a los políticos, y particularmente en esta ocasión a los priístas: si gobiernan bien se quedan, y si lo hacen mal, se van.

Espero y tomen nota al respecto.
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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”