Privacidad digital

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Vivimos en una época donde la facilidad de conexión y comunicación alrededor del mundo se ha vuelto extremadamente sencillo. Hoy en día existen múltiples sitios en línea que nos permiten socializar con miles de otras personas en el mundo. Gracias a esto hemos, poco a poco, creado un perfil virtual de nosotros mismos, disponible para todo aquel que esté interesado en conocernos.

Sitios como Facebook, Twitter y Linked-In se han beneficiado de este mercado virtual, y nosotros de los beneficios que ser parte de ellos trae. Al crear un perfil en ellos entregamos más que solo nuestro nombre, nuestra vida social, vida laboral, experiencias y hasta las comidas que disfrutamos.

Si nosotros mismos, tan efusivamente, ponemos a disposición de quien quiera, toda nuestra vida, entonces, ¿por qué al enterarnos que nuestros gobiernos indagan en nuestra información y la de otros, somos tan tajantes y críticos?

Es tanta la información que nosotros mismos hemos, tan sencilla y dispuestamente, entregado sin relegar, que se ha perdido la real valor de la privacidad. Si nosotros mismos, tan efusivamente, ponemos a disposición de quien quiera, toda nuestra vida, entonces, ¿por qué al enterarnos que nuestros gobiernos indagan en nuestra información y la de otros, somos tan tajantes y críticos?

Nosotros mismos hemos abierto la puerta de nuestra vida privada, entregando fácilmente múltiples datos que, por sí solos, permiten saber la mayoría de nuestras rutinas o estilos de vida.

Como ciudadanos nos sentimos empoderados al imaginar que vivimos lejos de la lupa del gobierno. Imaginamos que sólo los criminales son quienes merecen que su privacidad invadida, por lo tanto sería difícil pensar que nuestra vida privada estuviera a disposición de todo agente de gobierno. Pero la realidad es diferente, al ser un ciudadano entregamos un poco de nuestra libertad, aquella que le permite al estado regular y obligarnos a cumplir con series de normas y códigos de conducta. Está parte que entregamos es también la que permite al gobierno vigilar al pueblo de la manera que vea más conveniente.

¿Es en realidad tan infame que los gobiernos invadan la privacidad de sus ciudadanos?

Se debe de tomar en cuenta que estamos en una era digital donde si no permanecemos conectados y en constante comunicación, nos comenzamos a sentir estresados y hasta un punto aislados. Nosotros mismos hemos abierto la puerta de nuestra vida privada, entregando fácilmente múltiples datos que, por sí solos, permiten saber la mayoría de nuestras rutinas o estilos de vida. Por ende, no debería de ser tan extraño que un gobierno trate de analizar a sus ciudadanos por medios digitales, que nuestras conversaciones y nuestras palabras sean leídas sin nuestro consentimiento. Esta practica siempre ha sido utilizada, y hasta un punto, es el trabajo de nuestro gobierno el tener en control el flujo y el uso de información.
Por lo tanto, insisto: ¿es en realidad tan infame que los gobiernos invadan la privacidad de sus ciudadanos? No lo creo, nuestra vida es tan privada como nosotros queramos que sea. Si nos causa temor el imaginar que nuestros datos puedan ser usados en nuestra contra, la solución es tan simple como mantenerlas fuera del mundo digital. No es una verdadera violación si la hemos puesto a disposición del Internet desde un inicio.

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