Los Óscares se ponen feministas

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Recientemente, la equidad de género como discurso se encuentra muy elevado en la agenda de algunas figuras políticas de alto perfil internacional. Hillary Clinton, ex-secretaria de estado de los Estados Unidos y autora de uno de los discursos políticos más inspiradores de la historia titulado “Women’s Rights Are Human Rights”, se llevó las elecciones de medio término hace dos días como candidata a la presidencia. Por otro lado, Justin Trudeau, recién convertido en primer ministro de Canadá, además de ser galanazo, hace un despapaye por declararse feminista públicamente. Casi como si la palabra “despapaye” significara ‘que se le quita lo papacito’… ¡Ajá!, pues porque hay muchos para quienes todavía la “F-word”… (No, no, no. No F**k, sino Feminismo) es extremadamente imprudente y destruye el atractivo.

Las cintas nominadas a los Óscares este 2016 tienen un leitmotiv: el abuso (físico, verbal, sexual, económico) y la opresión a la mujer, a los niños y niñas.

Pero lejos de estos montajes de engalanados discursos y lustradas fachadas políticas construidas para atraer votos, los reflectores que mejor están retratando los “asuntos de la mujer” son los del cine. Las cintas nominadas a los Óscares este 2016 tienen un leitmotiv: el abuso (físico, verbal, sexual, económico) y la opresión a la mujer, a los niños y niñas.

En la cinta Carol, observamos a una mujer socialmente castigada por su marido tras descubrir su involucramiento en una relación sexual con otra mujer. La hija de Carol y la misma Carol sufren las consecuencias de las libertades que ella decide darse, teniendo que vivir separadas por lo que se consideraba una “conducta perversa”. El tema de mujeres que desean tener relaciones amorosas y sexuales con otras mujeres es un tema feminista.

Para el pensamiento de la época, querer convertirse en el “sexo débil” sobrepasaba lo absurdo y se interpretaba como demencia.

En The Danish Girl, vemos un caso un tanto más profundo, pues una persona que es biológicamente hombre pero mental y espiritualmente mujer, desea ser liberada y vivir como quien realmente es. Lili Elbe, por sus deseos de vivir su verdadera identidad, experimenta la invisibilidad, la negación de sus condiciones, y recibe el castigo de la exclusión social y la violencia. Para el pensamiento de la época, querer convertirse en el “sexo débil” sobrepasaba lo absurdo y se interpretaba como demencia. El tema de la identidad de género y las complejidades de la identidad psico-sexual son un tema trasversal al feminismo.

Mad Max (¡ay, que no he visto!) cuenta una historia de venganza contra un tiránico hombre que esclaviza y explota mujeres: una de las favoritas para el Óscar.

The Hunting Ground relata la obscura realidad que decenas de miles de jóvenes estudiantes en campus universitarios enfrentan: el abuso sexual y la consecuente culpabilización de las víctimas.

En la sección de documentales, The Hunting Ground relata la obscura realidad que decenas de miles de jóvenes estudiantes en campus universitarios enfrentan: el abuso sexual y la consecuente culpabilización de las víctimas.

Spotlight cuenta la historia verídica del destape de una de las maquinarias más impactantes de pederastia en la historia moderna. El abuso sexual a los niños y las niñas también está estrechamente relacionado con la mujer, pues, al centro de la vida familiar está, generalmente, la mujer. El abuso infantil y a la mujer son muy similares, así como se utiliza la vulnerabilidad y la falta de criterio de los niños para conseguir el “consentimiento” en el acto sexual, también sucede con las mujeres en su vida joven y adulta. Se toma provecho de la indoctrinación a la que muchas veces la mujer ha sido sometida desde que nace, la que la hace sentirse culpable de su sexualidad, la que la obliga a permanecer callada ante el abuso, a obedecer y a no cuestionar.

Curiosamente, aún cuando la cinta representa la relación entre un captor y una rehén, las escenas del día a día de estos dos personajes no distan mucho de lo que es la realidad en muchos hogares actualmente.

La película Room es quizás la muestra más espeluznante de lo que una mujer y sus hijos(as) pueden sufrir a la merced de un hombre violento. Curiosamente, aún cuando la cinta representa la relación entre un captor y una rehén, las escenas del día a día de estos dos personajes no distan mucho de lo que es la realidad en muchos hogares actualmente —el control de los recursos económicos, la virilidad violenta, la culpabilidad… —, aún cuando estas relaciones son consensuales: un matrimonio, un concubinato, una dinámica familiar.

Por último, la cinta Suffragette, que no ha sido digna de galardones esta temporada, es un relato basado en las vivencias de uno de los movimientos feministas más influyentes del siglo XX y su líder intelectual, Emily Pankhurst.

La demanda de estas cintas es claramente la equidad: el deseo por erradicar la violencia a las mujeres en todas sus formas. Lo malo es que tanto la demanda por la equidad de género como el conformismo con el status quo aparecen casi con la misma frecuencia en la cultura pop, confirmando el dicho que dice: “Tenemos la cultura que nos merecemos”.

En realidad, en los medios siempre veremos exactamente lo que pedimos, nuestros vicios y virtudes amasados y embarrados en las pantallas, las páginas y las ondas de radio. Yo por eso le digo a los críticos de Fifty Shades of Grey que se aguanten, porque esas deliciosas asquerosidades, ese “guácala, que rico” de una historia que está malísima, pero con unos forrazos de actores y actrices es exactamente lo que queremos ver, aunque no lo queramos aceptar. Sucede que como aún tenemos relaciones heterosexuales en las que la mujer se encuentra fascinada de ser la criatura sumisa que es suave y consideradamente desflorada, para después ser azotada en consenso.

El 2015 fue un año importante para el feminismo a nivel mundial: mujeres saudíes pudieron votar por primera vez, y recientemente se abrió la primera universidad para mujeres en Afganistán. Mujeres por fin pueden casarse con otras mujeres en los Estados Unidos y aquí en México también hubo avances legales en la misma cuestión. No obstante, las estadísticas pintaron un 2015 con más feminicidios e incidentes de violencia intrafamiliar que en años pasados, razón por la cual se instauró por primera vez la alerta de género como medida de seguridad estatal (¡bah!, después de casi una década de haberse instaurado en nuestra legislación y habiendo sido demandada con anterioridad).

Si la declaración à la Canal de las Estrellas de que el dólar “no va a afectar su economía personal” es para nosotros los mexicanos como que nos “den atole con el dedo”, quisiera pensar que además de la apreciación del dólar, lo que sí nos va a afectar de los Estados Unidos por el efecto de “derrame” cultural: es esta clara demanda por sociedades más equitativas entre hombres y mujeres, sociedades mucho menos violentas… y mucho más amorosas.

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