Carta a una mexicana

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Estimada mexicana:

La pluma ha decidido escribir las siguientes líneas como muestra de admiración a tu espíritu luchador. Porque ser mexicana hoy en día significa convertirse verdaderamente en una guerrera que debe pelear en distintos frentes. Hablo del combate que día a día libras en los senderos de la cotidianidad: la batalla contra la desigualdad histórica de los sexos. Quizá la fuerza motora de esta carta también provenga del hartazgo de la doble moral que con vehemencia azota a nuestra sociedad.

Porque cuando una sociedad reduce a la mujer a sólo ser pulcra y pura, y que al tiempo condena de indecentes y mancebas a quienes no lo son (aun siendo éstas conductas deseadas en los rincones de todo hombre), no queda opción más que unirse a la lucha de transformación. Pareciera que conforme avanzan las manecillas del Tiempo, como un horizonte en lontananza, la moral distorsionada, se aleja conforme se persigue.

Todo esto tiene sustento, por supuesto, en convencionalismos arcaicos y poco racionales. Toda la percepción de tu género, mexicana, debe ser erradicada desde los adentros de uno mismo. Considero que los mexicanos somos los responsables de crear esa imagen divina, pulcra, y pura de la mujer. Por ello, considero que somos nosotros también quienes debemos destruirla. Esta carta es una declaración de mi lucha para ello. Escrita con cierta literatura para no prescindir del poder de la estética, espero mueva a algún otro mexicano, y te dé consuelo a ti mexicana, de que no eres la única. Sí hay quienes cargamos el estigma de una sociedad discriminatoria y superficial; sí hay quienes acariciamos las cicatrices del Tiempo como una herida permanente en la piel mexica que quisiéramos borrar.

Porque cuando una sociedad reduce a la mujer a sólo ser pulcra y pura, y que al tiempo condena de indecentes y mancebas a quienes no lo son (aun siendo éstas conductas deseadas en los rincones de todo hombre), no queda opción más que unirse a la lucha de transformación.

Estigmas que permean los cuerpos normativos del país, limitando libertades, coartando derechos, propiciando inseguridad. Cicatrices que obligan a la mujer a seguir un curso ordinario y monótono en su vida. Como si por decreto del destino, la mujer no pudiese ser tan libre como el hombre; vivir en soledad (qué es a veces la mejor compañía); disfrutar de su sexualidad abiertamente; vestir tantas (o tan pocas) prendas como desee; expresarse con tosquedad. A ti mexicana, te digo: ten la seguridad para no envejecer por decreto. Sólo el río debe seguir sus cursos y solo el ocaso debe repetir los ciclos. Los humanos somos partidarios de una libertad absoluta, aún y cuando ciertas conductas obliguen a descreer de ella.

No abandones las esperanzas de un país mejor por los tragos insulsos de los crímenes mexicanos. Ser parte de México no significa ser parte de ellos, sino ser parte de sus múltiples facetas que ensalzan la beldad de nuestra historia y tradiciones, a la par de reflejar nuestro espíritu enigmático de lucha. Después de todo, somos el ombligo de la luna; los versos de Octavio (y quizás algunos de Borges); los miles años de migración de Aztlán hasta el Águila; somos Tenochtitlán. Somos el abrazo maternal de la Malinche, no el pecado de Cortes. Somos mestizaje, no anclajes en mares dormidos.

No eres migrante en vuelo, sino las alas de un Ave que no aterriza. No eres una costilla de Adán, pues no eres despojo orgánico, ni musa divina, eres tu propia creación, divina por sí sola. Ensalzo así tus cualidades, mexicana, para que no desistas de tu lucha. Para que no observes los defectos de nuestro México, sino sus virtudes.

Y tú, mexicana, eres parte de ello. No eres el ego erguido en curules doradas, sino la esperanza radiante en las esquinas. No eres setenta pesos diarios, sino el cimiento de tres centenarios de constante lucha. No eres el alarido previo al asfalto tintado escarlata, sino el grito de un cura. No eres migrante en vuelo, sino las alas de un Ave que no aterriza. No eres una costilla de Adán, pues no eres despojo orgánico, ni musa divina, eres tu propia creación, divina por sí sola. Ensalzo así tus cualidades, mexicana, para que no desistas de tu lucha. Para que no observes los defectos de nuestro México, sino sus virtudes. Para que no dejes de luchar contra la violencia de género que trasciende a mucho más que eso. Espero que México se convierta en tus ideales…espero que ser mexicana, sea ser mexicano.

Y es que en realidad, estés percatada de ello o no, querida mexicana, traspasas una simple lucha de género. Englobas un conjunto de ideales tan necesarios para tu país, que no dan tregua más que aplaudir tú noble y necesaria encomienda: un país libre de todo perjuicio. Comprendo que no se trata de exigir derechos, sino de moldear el mundo. Tu voz inconforme no es solo eco de la injusticia mexicana, sino un verdadero rayo luminoso de esperanza. Por ello, expreso mi solidaridad desde mi trinchera.

Antes de despedirme, quisiera que disculparas a estas líneas y que concedas el perdón a su humilde interprete. Cierta hipocresía las permean y empapan cual rocío al jardín. Hipocresía que emana de arrabales extraños y ajenos: son los estigmas sociales que formaron al humilde autor. Por ello advierto, mexicana, que debes crear en las letras, siempre tan mágicas y coherentes (cual talismanes, como diría nuestro Octavio) y no en su autor -tan plagado de congojas y defectos.

Sostengo que el cambio siempre ha residido en el lenguaje (oral y escrito). ¿Que no derivan de ahí las percepciones? Por ello, aunque deseo que las letras que te escribo sirvan de aliento, espero que el Tiempo las convierta en patéticas y absurdas. Sólo así sabré que habrán borrado nuestras cicatrices.

Atentamente,
Un mexicano.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Vagones Exclusivos para Mujeres en el Metro de Monterrey: ¿Una medida de prevención, o simple segregación?

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El acoso sexual en México es una realidad crítica. Nacionalmente, “63 de cada 100 mujeres de 15 años y más han padecido algún incidente de violencia ya sea en el ámbito público o privado.” (Amnistía Internacional, 2015). La Procuraduría General de la República, reportó que en el 2012 se realizaron alrededor de 14,000 denuncias por violación ante los Ministerios Públicos. Sin embargo, Pablo Navarrete, de INMUJERES (2013) afirma que solo 1 de cada 9 delitos de violación, son revelados antes las autoridades.

Fue apenas en el 2007 cuando el gobierno mexicano publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (reformada por última vez en el 2015). Fue hasta ese año cuando se reconoció el acoso sexual como una forma de violencia que forma parte de la vida laboral y docente de los mexicanos; en la mayoría de los casos, las víctimas son las mujeres.

¿Y por qué son las mujeres las víctimas? Antes de caer en la errónea idea de que los hombres tienen un “apetito” sexual mayor que el de las mujeres, y que por eso llegan a tener estas actitudes hacia las mismas, hay que pensar un poco más en la cultura de nuestro país. El mismo sitio web de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (2014) establece que el acoso sexual puede ser la “expresión de una cultura en la que se han normalizado la violencia y discriminación sustentada en los estereotipos y roles de género, y en la existencia de roles desiguales de poder entre mujeres y hombres.”

¿Hasta que punto podremos sentirnos seguras en nuestra ciudad? Existen varias medidas que pueden disminuir los casos de violencia en contra de las mujeres… Una de estas medidas, que ya fue aplicada por la Ciudad de México, así como ciudades en Brasil, Egipto, India y Japón, es la implementación de transporte público exclusivo para mujeres.

La idea de que está en nuestra “naturaleza” seguir ciertos patrones sexuales (dominación masculina y subordinación femenina), el acoso sexual es más bien una construcción social que nace de la libre práctica del machismo en nuestro país, sin repercusión alguna de parte de nuestras autoridades, o de nuestra misma comunidad.

Ahora bien, existen diferentes esferas privadas y públicas en las que se puede dar el acoso sexual, como el hogar, el trabajo, la escuela, el transporte público y en las calles de la ciudad. Edith Flores Pérez (2014), de la Universidad Autónoma Metropolitana, escribe un artículo académico para la Revista “Ángulo Recto”, sobre lo que significa ser mujer en la Ciudad de México. Entre los muchos relatos que ella nos comparte, se leen historias de vulnerabilidad, riesgo e inseguridad de parte de todo tipo de mujeres, sin importar edad, ocupación, o apariencia física: la mayoría de ellas han pasado por una situación de acoso, o conocen alguna otra mujer a la que le ha pasado.

¿Hasta que punto podremos sentirnos seguras en nuestra ciudad? Existen varias medidas que pueden disminuir los casos de violencia en contra de las mujeres, específicamente el acosos sexual en la esfera pública. Una de estas medidas, que ya fue aplicada por la Ciudad de México, así como ciudades en Brasil, Egipto, India y Japón, es la implementación de transporte público exclusivo para mujeres. Existen diferentes argumentos a favor de esta medida, así como existen en contra.

…es cierto que la medida de restringir a las mujeres a ciertos espacios para que eviten situaciones de acoso sexual puede parecer superficial. Sin embargo, no me parece justo que en el tiempo que toma cambiar la mentalidad machista que se observa en la mayoría de la sociedad mexicana, las mujeres tengan que seguir soportando estas manifestaciones de violencia, sin ninguna medida preventiva o correctiva.

Al realizar encuestas generales sobre que tan seguras las mujeres se sienten, o se podrían sentir, con transportación exclusiva para mujeres, se encontraron resultados positivos. De una muestra de 6,300 mujeres encuestadas por Thompson Reuters Foundation y YouGov en el 2014 (Adler et al, 2015), en 15 diferentes grandes capitales en el mundo (400 mujeres por ciudad aproximadamente), se reportó que 7 de cada 10 mujeres afirmaron que se sentirían mas seguras en trenes y autobuses exclusivos para mujeres.

Sin embargo, también existen los argumentos en contra de dicha implementación. Algunas de las culturas más progresistas en cuánto a la equidad de género, piensan que esta medida es otro tipo de discriminación sexual, y la verdadera medida con la que las mujeres podrán viajar seguras por la ciudad, se basa en la educación y el respeto humano (Adler et al, 2015).

El … sitio web de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (2014) establece que el acoso sexual puede ser la “expresión de una cultura en la que se han normalizado la violencia y discriminación sustentada en los estereotipos y roles de género, y en la existencia de roles desiguales de poder entre mujeres y hombres.”

Esto es lo que yo opino al respecto: es cierto que la medida de restringir a las mujeres a ciertos espacios para que eviten situaciones de acoso sexual puede parecer superficial. Sin embargo, no me parece justo que en el tiempo que toma cambiar la mentalidad machista que se observa en la mayoría de la sociedad mexicana, las mujeres tengan que seguir soportando estas manifestaciones de violencia, sin ninguna medida preventiva o correctiva.

Mi equipo y yo, quienes proponemos la implementación de vagones exclusivos para mujeres en el Metro de Monterrey, no pensamos que esto sea lo único por hacer por nuestra comunidad. Crear espacios así, si bien de forma práctica podrían disminuir los incidentes de acoso sexual contra la mujer, también pueden utilizarse para promover la equidad de género, la libre denuncia y el resto a los derechos humanos fundamentales.

…nosotros queremos preguntarle a la comunidad: ¿son necesarios los vagones exclusivos para mujeres en el Metro de Monterrey? Nuestra propuesta es que si se deben de implementar estos vagones, pero también queremos tomar en cuenta la opinión de los demás regiomontanos. Contesta nuestra encuesta aquí.

Monterrey aun no tiene la magnitud que tiene la Ciudad de México en cuánto a población y necesidad de transporte público. Sin embargo, tampoco hay que dejar que lleguemos a la magnitud de casos de violencia contra la mujer. Algunos podrían argumentar que en nuestra ciudad no se dan tantos casos como en la capital. Sin embargo, yo quisiera saber…¿Cuántos casos serán suficientes? ¿Cuántas más mujeres tendrán que sufrir un abuso para que se tome en serio esta problemática? La prevención puede ser la clave para Monterrey.

Es por eso que, nosotros queremos preguntarle a la comunidad: ¿son necesarios los vagones exclusivos para mujeres en el Metro de Monterrey? Nuestra propuesta es que si se deben de implementar estos vagones, pero también queremos tomar en cuenta la opinión de los demás regiomontanos. Contesta nuestra encuesta aquí y compártenos lo que piensas.

COLABORACIÓN TAMBIÉN POR: ALEJANDRA MONCADA, MARIANA RINCÓN Y GUILLERMO GONZÁLEZ.

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¡Héctor Cruz, mejor cállate la boca!

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En lo que solo puede ser un desesperado intento por salvar su reputación, Héctor Cruz, padre de uno de los infames Porkys de Costa de Oro, concedió una entrevista a Ciro Gómez Leyva [1]. Seguramente el hombre ya se percató de que aunque la pobre excusa que Veracruz tiene por autoridad los solape, la condena y el rechazo social también pueden ser bastante pesados.

Como suele pasar cuando se trata de defender lo indefendible, sus comentarios delatan no solo inconsistencias, sino su propia ignorancia y franca estupidez. Por un lado se entiende que el hombre se niegue a ver la realidad, debe ser muy duro aceptar que un hijo es capaz de hacer algo así. Pero lo que no se le puede perdonar es que, en su ceguedad voluntaria y terca, decida atacar a la víctima.

La cultura machista de México se ve perfectamente reflejada en los argumentos del Señor Cruz, quien lamentablemente, no está solo en sus creencias. Las justificaciones ridículas que nos presenta hablan de una forma de pensar torcida, que sin duda tuvo una consecuencia en el desarrollo de sus hijos.

El padre de Daphne dice que entre los cuatro se la llevaron en contra de su voluntad, la incomunicaron y la tocaron. El Señor Cruz responde diciendo que su hijo Diego no hizo nada. ¿Nada? ¿De verdad, nada? ¡Ah, claro! Es que quien consumó la violación sexual fue Enrique Capitaine, y comparativamente, unas manoseadas por aquí o por allá no hacen gran diferencia ¿Verdad? No son nada.

El Señor Cruz habla como si nos estuviera confesando algo que cambiará toda la narrativa. Daphne se subió al carro por su propia voluntad y ella pidió cambiarse al frente. ¿¡Que hizo qué!? No bueno, Héctor Cruz, ¡Esto cambia todo! Ah no… no es cierto. No cambia nada porque meterse en el carro de alguien no quiere decir que deseas tener sexo con sus ocupantes. Si esa es tu forma de pensar, de verdad espero que nunca le des un aventón a nadie.

Por más ilógico que suene, ese es el proceso mental de mucha gente. Son personas como Héctor Cruz quienes normalizan los chiflidos en la calle, las manoseadas en el transporte público, y casos como los de Gabriela Nava [2] y de Andrea Noel [3].

Durante el resto de la entrevista, el Señor Cruz hace un esfuerzo sobrehumano por tratar de vender una versión en la que la familia de Daphne parezca culpable. Acusa al padre de Daphne, Javier Fernández , de haberlos amenazado con un arma para grabar las confesiones. Dice que antes de sacar conclusiones se necesita hacer “un estudio del señor Javier Fernández (…), en su vida anterior y su vida actual.”

¿Cómo te explico, Héctor Cruz? Aunque descubrieras que el Señor Fernández lleva una doble vida como asesino a sueldo, la realidad no va a cambiar: tu hijo fue partícipe de una agresión sexual. Tu hijo no se vuelve inocente solo porque incrimines al Señor Fernández. O a lo mejor lo que estás buscando es que sea su compañero de celda.

El Señor Cruz habla como si nos estuviera confesando algo que cambiará toda la narrativa. Daphne se subió al carro por su propia voluntad y ella pidió cambiarse al frente. ¿¡Que hizo qué!? No bueno, Héctor Cruz, ¡Esto cambia todo! Ah no… no es cierto. No cambia nada porque meterse en el carro de alguien no quiere decir que deseas tener sexo con sus ocupantes. Si esa es tu forma de pensar, de verdad espero que nunca le des un aventón a nadie.

La cultura machista de México se ve perfectamente reflejada en los argumentos del Señor Cruz, quien lamentablemente, no está solo en sus creencias. Las justificaciones ridículas que nos presenta hablan de una forma de pensar torcida, que sin duda tuvo una consecuencia en el desarrollo de sus hijos.

¡Ni si quiera he llegado a la parte más indignante! Y esto se remonta a la grabación de la segunda reunión. “Yo pienso, no sé, en el desprestigio de tu hija,” le dice el Señor Cruz al Señor Fernández [4]. Y vuelve a hacer alusión a este tema en su entrevista, diciendo: “creo que yo esto no se lo haría a Daphne, hacerla tan víctima, pobrecita – no que me dé lástima. Yo a mi hija no la expondría de esa manera.” Y concluye diciendo que haberla exhibido fue haberle destruido la vida.

Esa mentalidad es la que más me causa problema. Héctor Cruz, que no te preocupe el desprestigio y la exhibición del rostro y el nombre de Daphne, ¡Que te preocupe la de tu hijo! El rostro de Daphne representa la batalla contra la misoginia que ha plagado a nuestro país; su nombre se suma al ejército de miles de víctimas que, sin temor a las consecuencias, han levantado la voz para exigir justicia. Un rol que conlleva mucha más dignidad que a la que alguien como tu hijo pudiera aspirar.

No nos queda más que esperar a que el sistema judicial no vuelva a decepcionarnos. Pero también hay que fijarnos en nosotros. ¿Qué podemos hacer para mejorar las cosas? Empecemos por dejar de excusar a los hombres que violan y por romper con esa fea costumbre de culpar a las víctimas. Es que así son los hombres, es que estaba alcoholizada, es que llevaba mini falda, es que andaba afuera a deshoras… El análisis es mucho más sencillo: un avance sexual solo es aceptable cuando la otra persona deja en claro y explícitamente que también lo quiere.

Si has sido víctima de abuso sexual, denuncia, no te calles. La Secretaría de Salud de Nuevo León recomienda acudir a una de sus unidades dentro de las primeras 72 horas después de la agresión para prestar atención psicológica y física, además de información para evitar embarazos no deseados [5]. También puedes buscar organizaciones independientes y centros de atención que ofrecen asesoría legal [6].

[1] “Ciro Gómez Leyva entrevista a Héctor Cruz. Daphne no fue violada, el padre nos amenazó armado para grabar disculpa: Héctor Cruz, Con Ciro Gómez Leyva,” Grupo Fórmula, 11 de abril del 2016, http://www.radioformula.com.mx/reproductor.asp.

[2] “Joven de FES Acatlán identifica a su agresor,” El Universal, 08 de abril del 2016, http://www.eluniversal.com.mx/articulo/metropoli/cdmx/2016/04/8/agresor-de-joven-en-fes-acatlan-trabajador-de-la-unam.

[3] “Periodista denuncia agresión en La Condesa,” El Universal, 09 de marzo del 2016, http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/seguridad/2016/03/9/periodista-denuncia-agresion-en-la-condesa.

[4] Javier Fernández Gómez, “2 Reunión 290415,” YouTube, 27 de marzo del 2016, https://www.youtube.com/watch?v=XAYUKNRbMQo.

[5] “Prevención y Atención a la Violencia Familiar y de Género,” Secretaría de Salud de Nuevo León, http://www.saludnl.gob.mx/drupal/violencia-familiar-y-de-g%C3%A9nero.

[6] “Centros de atención para mujeres en situación de violencia,” Gobierno de Nuevo León, http://www.nl.gob.mx/servicios/centros-de-atencion-para-mujeres-en-situacion-de-violencia.

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¿Hombre o mujer? Sociedad y Humanidad

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Hace unos días se conmemoró el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), fecha en la que se recuerdan los constantes esfuerzos que la humanidad ha realizado para que las mujeres vivan en una sociedad más justa, equitativa y con mejores condiciones que les permitan desenvolverse con total tranquilidad y justicia tanto en el ámbito laboral, como en el personal y económico.

La concepción que tenemos respecto a las mujeres claramente ha variado con el paso de los años. Si consideramos que los griegos tenían conceptualizadas a las mujeres como ‘hombres mal formados’ y lo contrastamos con la idea que se tiene hoy en día, evidentemente hay una distancia muy grande entre ambas. Sin embargo, si damos un recorrido por la historia de la humanidad sólo es hasta la época contemporánea cuando finalmente nos encontramos con ligeros tintes de balance, equidad y justicia en las sociedades y la cultura occidental; vaya, la que en México estamos acostumbrados a seguir. Es claro que existen comunidades matriarcales en el mundo pero las que imperan siguen siendo las estructuras comandadas por los hombres.

El Día Internacional de la Mujer, debe servirnos, para de una vez por todas entender que somos ambos –hombres y mujeres– quienes tenemos la responsabilidad de dirigir nuestras vidas y que, nuevamente, nuestra biología no debe ser pretexto para intentar minimizar las acciones de unos u otros

De acuerdo con información de la Deutsche Welle, actualmente en el mundo sólo hay alrededor de 17 mujeres que ostentan un cargo como Presidenta o Jefa de Estado de los 193 posibles que hay de acuerdo a las Naciones Unidas. Es decir, y haciendo una asunción un poco generalista, solamente el 10% del mundo está representado por mujeres. Afortunadamente, para nosotros las mujeres poco a poco han ido escalando en la toma de decisiones y la sociedad misma ve con aprecio el que existan iniciativas que fomenten la igualdad de oportunidades y la equidad de género. Un ejemplo que es bastante tangible es la Ley de Paridad en nuestro Congreso, que aunque ha sido bastante cuestionada y tiene algunos pormenores que son discutibles, es un buen intento para avanzar y tener una proyección en el mundo sobre la sensibilidad que existe en el país con respecto al tema.

A pesar de que en América Latina aún se mantiene fuertemente el estigma de la cultura del machismo, es plausible decir que la situación se ha ido revirtiendo de a poco. Grupos como Las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina o Las Patronas en México, son vivos ejemplos de la importancia que tienen las mujeres en nuestra sociedad; pues gracias a las iniciativas que trabajan, la colectividad escucha los reclamos de la sociedad misma. De igual manera, figuras como la de Frida Khalo también son alicientes de la proyección y relevancia que tiene la mujer más allá del rol tradicional con el que se le ha querido identificar a lo largo de la historia.

De acuerdo con información de la Deutsche Welle, actualmente en el mundo sólo hay alrededor de 17 mujeres que ostentan un cargo como Presidenta o Jefa de Estado de los 193 posibles que hay de acuerdo a las Naciones Unidas

¿Qué hubiera sido de Inglaterra sin el thatcherismo? ¿Cómo podríamos entender los derechos de los niños sin la experiencia de Malala Yousafzai? ¿Habría tenido el mismo éxito la campaña ‘He for She’ si hubiera sido dirigida por un hombre? No dudo que los proyectos, las ideas y los programas hubieran trascendido, ni tampoco que hubieran surgido nuevos, pero definitivamente ese folclor y toque que le da el ser dirigido por una mujer marca un poco la diferencia.

Este y todos los 8 de marzo de la historia deben servirnos como momentos de reflexión para concientizarnos cada vez más que para la sociedad es más dañino intentar prescindir de un aproximadamente 50% de la población mundial solamente porque biológicamente somos diferentes. El Día Internacional de la Mujer, debe servirnos, para de una vez por todas entender que somos ambos –hombres y mujeres– quienes tenemos la responsabilidad de dirigir nuestras vidas y que, nuevamente, nuestra biología no debe ser pretexto para intentar minimizar las acciones de unos u otros. El 8 de marzo nos sirve para recordar la constante lucha que la humanidad ha realizado para dar a las mujeres el lugar que les corresponde.

…si la humanidad busca que exista armonía entre las personas, debe haber armonía entre los hombres y las mujeres

Como George R.R. Martin, famoso escritor estadounidense, mayormente reconocido por obras como “Game of Thrones”, dijo en una entrevista cuando le preguntaron acerca de cómo le era posible escribir tan bien los personajes de las mujeres, la respuesta, me parece, es de lo que precisamente el Día de la Mujer trata: “Bueno, yo siempre he considerado que las mujeres son personas”.

Esta idea, por simple que parezca, es la verdadera esencia del tan criticado feminismo y la equidad de género, así como los hombres son personas, las mujeres también lo son; y si la humanidad busca que exista armonía entre las personas, debe haber armonía entre los hombres y las mujeres. Todas aquellas ideas las cuales plantean que los hombres y las mujeres tienen capacidades distintas (fuera de las biológicas, claro está), muy probablemente se encuentran sesgadas por algún tipo de pensamiento o ideología que nubla la visión correcta sobre lo que juntos, como humanidad y sociedad, debemos alcanzar.

El día en el que los hombres y las mujeres ya no se identifiquen como ‘hombre’ o ‘mujer’, sino como personas; ese día la sociedad habrá dado un salto tan grande que no habrá forma de que se pueda dar un paso hacia atrás.

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