Exige Alejandro Moreno a priistas a dejar reclamos estériles

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Al dar inicio a las asambleas deliberativas y de elección de delegados, de cara a la XXIII Asamblea Nacional Ordinaria, que se llevará a cabo el 11 de diciembre, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, hizo un llamado a la militancia a “no perdernos en reclamos estériles ni mucho menos en pretensiones personales ni de grupo” durante la reflexión interna.

En el marco de la primera conferencia magistral informativa, a cargo del Presidente de la Comisión Nacional Preparatoria de la XXIII Asamblea, José Antonio González Fernández, el líder del tricolor expuso que los priistas se habrán de pronunciar por las “líneas de acción que nos hagan más competitivos y que tiendan a rescatar la democracia y las libertades de los mexicanos”.

Desde la sede nacional del instituto político, señaló que será a los militantes de cepa, de trinchera, “los que llevamos años disputando el territorio nacional”, a quienes “nos corresponde decidir los nuevos rumbos del partido, y a nadie más”.

Ante el presidente de la Fundación Colosio, José Murat, a quien el expresó un reconocimiento por su liderazgo, así como ante el Presidente de la Comisión Nacional de Procesos Internos, Augusto Gómez Villanueva, y el Secretario Técnico del Consejo Político Nacional, Pablo Angulo, Alejandro Moreno precisó que la Asamblea Nacional no será electiva, porque la dirigencia que encabeza junto con Carolina Viggiano está vigente y en funciones.

“Tampoco es una asamblea refundacional. No necesita refundarse el partido porque los ideólogos del Revolucionario Institucional, quienes lo fundaron después de la Revolución, son insustituibles». Por ello, pidió a la militancia ir a la XXIII Asamblea “como espacio propicio para cumplir con el primero de nuestros deberes partidarios: fortalecer la unidad interna”.

El nepotismo como ideología política

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Cada quien es libre de tener su postura política dentro de la vida pública de México. Sin embargo, si hay algo en lo que todas y todos podemos coincidir es que la corrupción es el principal o uno de los principales males que aquejan a nuestro país.

Normalmente a la corrupción se le ve como lavado de dinero, desvío de recursos, etcétera. Muchas veces pasamos por alto una de las formas más viles y descaradas de corrupción: el nepotismo.

El nepotismo es, según la RAE, la desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o los cargos públicos. Ya se te vinieron a la cabeza varios ejemplos, seguramente.

Verás, en México esta es una práctica común, tristemente. No nos tenemos que ir tan atrás en la historia. Para mantenerlo actual, nombremos algunos ejemplos de nepotismo en México únicamente en el siglo XXI.

En Coahuila, de 2005 a 2011 gobernó Humberto Moreira, del PRI. Después de un gobierno interino de 10 meses de Jorge Torres, el siguiente gobernador, de 2011 a 2017, fue Rubén Moreira, hermano de Humberto. Si bien Rubén tuvo que ganar la elección, su designación como candidato estuvo directamente ligada al hecho de que el gobernador del estado era su hermano.

En Puebla, de 2011 a 2016 el gobernador fue Rafael Moreno Valle, del PAN. Después, Antonio Gali tuvo una breve gubernatura de tan sólo dos años. La siguiente gobernadora del estado fue Martha Erika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle. Ella gobernó diez días, pues trágicamente perdió la vida en un accidente aéreo junto con su esposo.

En Veracruz, el gobernador de 2016 al 2018 fue Miguel Ángel Yunes, del PAN. En 2018, el candidato del PAN a la gubernatura fue Miguel Ángel Yunes Márquez. Su hijo. Y en el PRI estatal está el otro lado de la familia Yunes, primos del exgobernador y que también han sido candidatos al máximo cargo público de Veracruz.

En Oaxaca, de 1998 al 2004 gobernó José Murat, del PRI. En 2016, el candidato y ahora gobernador fue Alejandro Murat, su hijo. Raro, ¿no?

Ahora hablemos de quien en varias ocasiones (y hay tuits que lo demuestran) denunció al nepotismo priísta y panista y lo catalogó de vil corrupción y de prácticas monárquicas.

Así es: cuando AMLO era opositor, le parecían aberrantes estas prácticas (y si lo son). Pero vale la pena hacer espacio para demostrar que su gobierno y su partido también cayeron en lo mismo.

La verdad es que investigando encontré bastantes casos, pero nombraremos los más notables.

El esposo de la ex Secretaria de Economía y actual Vicepresidenta del INEGI, Graciela Márquez, es subgobernador del Banco de México. 

La Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, es hija de Bertha Luján, fundadora de Morena y muy cercana al Presidente. Pablo Sandoval, delegado federal en Guerrero y aspirante a gobernador del estado, es hermano de Irma Sandoval, Secretaria de la Función Pública.

Rodrigo Abdalá, sobrino de Manuel Bartlett, es delegado federal en Puebla. Y también Miguel Torruco Garza es el líder de CONABOX y encabeza las listas de Morena a una diputación federal plurinominal. Es hijo del Secretario de Turismo, Miguel Torruco. ¿Y el cambio, apá?

Por último y tal vez el más descarado, es el nombramiento (a través de una encuesta fantasma) de Evelyn Salgado, hija de Félix Salgado Macedonio, como candidata a gobernadora de Guerrero en sustitución de su padre.

Nos queda claro que nada ha cambiado. Le duele a México que el poder siga concentrado en unos pocos, y que sea mentira la narrativa de que el control lo tiene el pueblo. Este 6 de junio, nosotras y nosotros tenemos la oportunidad de elegir quien nos gobernará y quien nos representará. Te pido por favor te informes, y no le regales tu decisión a quien ya nos hizo daño y no tiene intenciones de aportar al progreso de nuestras ciudades y nuestros estados.

¿Qué opinas al respecto?