CAER PARA CRECER

Comparte este artículo:

Education is the most powerful weapon which you
can use to change the world…

Nelson Mandela

Acabo de concluir una etapa muy importante en mi vida. La semana pasada participé en el Inter-American Human Rights Moot Court Competition, para lo cual fueron meses intensivos de preparación, esfuerzo, dedicación, estrés y felicidad.

Siempre había escuchado la frase: “nadie vuelve igual de un Moot Court”, y creo que hasta este momento, cuando estoy sola, pensando en todo lo que pasé, realmente puedo decir que no hay frase más verdadera.

Es importante mencionar que no logramos pasar a la semifinal, ocurrieron cosas que a veces por más que quieras no puedes controlar. Sin embargo, me di cuenta de algo que me hizo poner los pies en la tierra: el saber que realmente no sé nada; algunas personas me dirán que estoy exagerando, pero no es así. Desde los más profundo de mi corazón, estoy consciente y feliz de lo mucho que me falta por aprender y comprender sobre mi carrera, y sobre todo en el ámbito de derechos humanos.

Siempre había escuchado la frase: “nadie vuelve igual de un Moot Court”, y creo que hasta este momento, cuando estoy sola, pensando en todo lo que pasé, realmente puedo decir que no hay frase más verdadera.

En algunas ocasiones creo que nos endiosamos creyendo que conocemos todo, a veces nos dejamos de cuestionar las cosas y pasamos sólo a afirmar. No sé si en esta etapa del proceso eso me pasó a mi, pero sí sé lo mucho que me marcó perder. Sí hay una María antes y después del Moot Court. Ayer recordé “El libro salvaje” de Juan Villoro y al Tío Títo diciendo la frase: “hay gente que cree que entiende un libro porque sabe leer. Ya te dije que los libros son como espejos: cada quien encuentra ahí lo que tiene en su cabeza. El problema es que solo descubres que tienes eso dentro de ti cuando lees el libro correcto.” Eso quiero que me pasé a mí, que cada libro que lea sea mi espejo. Leer para conocer y conocerme.

Y caigo en cuenta que, si realmente queremos cambiar el mundo donde vivimos debemos empezar por nosotros mismos, a ser más humildes y reconocer que nos falta mucho por aprender, la educación es fundamental para seguir creciendo, las derrotas necesarias para seguir luchando. A veces lo que más habla sobre nosotros es recordar todas las veces que hemos fallado y decir: “lo estoy volviendo a intentar”.

Vivimos en un país que atraviesa un sinfín de problemas, entre los que se pueden encontrar violaciones a derechos humanos, desigualdad e injusticias sociales, falta de educación, entre otros. Sin embargo les quisiera recordar que nosotros somos el presente de un México nuevo, no es por escucharme utópica (como la mayoría me dice), es por escucharme real, como decía el Ché: “seamos realistas y hagamos lo imposible”.

Para todas las personas que me han dicho, “las cosas no cambian”, “qué bonito es en la teoría pero en la vida real no es así”, “una cosa es el deber ser y otra el ser”, “no seas ingenua”. Sé que no tienen razón, no soy ingenua, ustedes lo son por no creerse lo suficientemente capaces para cambiar, por no querer fallar y preferir la comodidad, optar por la indiferencia (el asesino que nos ha matado como país) y dejar las cosas en su lugar.

Vivimos en un país que atraviesa un sinfín de problemas, entre los que se pueden encontrar violaciones a derechos humanos, desigualdad e injusticias sociales, falta de educación, entre otros. Sin embargo les quisiera recordar que nosotros somos el presente de un México nuevo…

Las y los invito a unirse a una lucha que no es mía, sino de millones de mexicanos (as), que busca la justicia social, la igualdad de condiciones y oportunidades, y la no violencia, para poder vivir en un mundo ideal como alguna vez manifesto Rosa Luxemburgo: “ un mundo en donde todos seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

Tenemos un área inmensa de oportunidades para que cada quien aporte su granito de arena, desde nuestra trinchera podemos decidir, cambiar y vivir en el país que queremos, no del que nos quejamos.

Estoy agradecida con todas las personas que me topé en el camino, con Gaby mi compañera y amiga, pues sin ella no hubiera podido enriquecerme de esta experiencia de la forma en que lo hice, Ale, María José, Daniela, Eduardo, Samuel, Karla, Karen, Diego, y sobre todo Miguel.

He aprendido que con cada victoria vienen tres derrotas anticipadas, y cada batalla perdida, será después una guerra ganada.

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”