El estilo de vida, ¿una decisión de estética o de salud?

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Hoy en día, estamos viviendo una cultura muy superficial en todos los aspectos, pues creemos que es más importante nuestro exterior que lo que realmente pasa en nuestro interior. Esto se puede relacionar con temas de cualquier índole, pero hoy les voy a comentar como es que está cultura ha creado un país de carencias en la salud.

Hoy en día, México se encuentra en los primeros lugares de sobrepeso y obesidad en el mundo. Según la OMS 2016, más de 1900 millones de adultos mayores de 18 años padecen de sobrepeso y más de 600 millones son obesos. Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) informó que México ocupa el primer lugar en sobrepeso y en obesidad, representado el 70% y 30% respectivamente.

El principal problema que tenemos es que ven el sobrepeso y la obesidad o los malos hábitos de alimentación como algo estético. Es decir, lo ven como estoy “flaco o gordo”, pero no se percatan de todos los cambios metabólicos que está teniendo tu cuerpo.  Así como el tener sobrepeso y obesidad causa problemas para la salud, el estar en bajo peso y tener bajo porcentaje de grasa también lo es, así que estar extremadamente delgado no es sinónimo de buena salud.

En un estudio hecho por “the Lancet” en México,2016, se encontró que desde el 2000 en México aumentaron las muertes por enfermedades crónicas, todas estas relacionadas con la obesidad.

La obesidad se denomina como enfermedad crónica, es decir, una vez que se diagnostica no hay una cura definitiva, solo se puede controlar. Si no se controla desencadena una serie de enfermedades asociadas las cuales incluyen diabetes, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, hipertensión, cáncer de mama, de próstata, pancreatitis aguda, entre otras. Asimismo la falta de atención,  también disminuye la calidad de vida de los que la padecen de una manera significativa.

Lo que desencadena estas respuestas son muchas cascadas contra-regulatorias que tiene el cuerpo al tratar de controlar el exceso de energía. Uno de los factores que predisponen a una alta prevalencia a estas enfermedades es la resistencia a la insulina.  Esta está relacionada con la grasa visceral y la manera más rápida de identificarlo es la circunferencia de cintura. Según la Organización Mundial de la Salud las medidas para las mujeres arriba de 80 cm de cintura y hombres arriba de 94 cm de cintura indican ya un riesgo de prevalencia a enfermedades cardiometabolicas y resistencia a la insulina.

En la obesidad hay un proceso de inflamación crónica ya que los adipocitos (células de grasa) cambian sus propiedades metabólicas cuando se empiezan a acumular de manera excesiva.  El almacenamiento de triglicéridos y ácidos grasos es controlado por la acción de la insulina que estimula la utilización de glucosa y la creación de lípidos por un proceso llamado lipogenesis.  Cuando hay exceso de grasa provocado por acumulación excesiva de tejido adiposo,  los mecanismos de la insulina empiezan a ser irregulares. Esto provoca:

1.La insulina (resistencia a la insulina) ya no capta la glucosa para que la utilicen todos los tejidos del cuerpo. Esto hace que la glucosa se quede en sangre, que da como resultado

2.Cuando la glucosa no entra a los tejidos por los mecanismos de inflamación y liberación de citoquinas del tejido adiposo excesivo, tu cerebro percibe una falta de energía = HAMBRE

– Como consecuencia, los pacientes siguen comiendo en exceso, las respuestas inflamatorias siguen secretándose, sigue habiendo descontrol metabólico, aumenta la producción de colesterol en el hígado (VLDL), aumenta acumulación de adiposidad en tejidos no adiposos como músculos, hígado, páncreas, etc. Todos estos efectos causan

  • Hipertensión
  • Hipercolesterolemias
  • Diabetes tipo 2
  • Enfermedad Cardiovascular
  • Síndrome Metabólico
  • Cáncer
  • Hígado graso no alcohólico
  • Muerte
  • Entre otros.

Como pueden ver esto es un círculo vicioso, por esto me interesa mucho que entiendan que esto no es una cuestión de estética es una cuestión de SALUD. Cambien su mentalidad es súper importante que empiecen a ver su dieta como un estilo de vida y no como un régimen alimenticio que solo lo haces por un periodo de tiempo. La única manera SOSTENIBLE y viable para revertir todos estos procesos es teniendo una buena alimentación, balanceada y la actividad física. No hay métodos mágicos, ni cirugías, ni suplementos, polvos, dietas que vayan a revertir estos procesos si no atacas el problema desde su etiología, que es TU ESTILO DE VIDA.

Acuérdense también que no hay un régimen alimenticio que sirve para todos. TODOS tenemos diferentes metabolismos. Hay muchísimos factores que afectan las necedades nutrimentales de cada quien por eso es importante que no tomen todo lo que leen acerca de dietas y comidas como una regla, la nutrición siempre debe de ser PERSONALIZADA.

El hambre duele

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Hace muchos años cuando yo era niño, tenía poco más de 7 años, mi papá me dejo sin comer todo un día. No por estar castigado sino por alguna otra razón; motivo que no entendí, y que hoy valoro y agradezco.

“La empatía nace a raíz del sentimiento encarnado en uno, del dolor de los demás”, me decía mi abuelo en cada oportunidad.

“La empatía nace a raíz del sentimiento encarnado en uno, del dolor de los demás” me decía mi abuelo en cada oportunidad. Al final del día yo me sentía muy mal, el hambre me tenía mareado y con miedo. Fui a la casa del capataz del rancho de mi abuelo, donde estábamos y comí en la casa de Pepe, el encargado, tlacuache asado, para mí fue un manjar que agradecí enormemente.

Años después en mi vida, me sacaron del colegio con todas las comodidades; y repentinamente me enviaron a una escuela de gobierno que mi abuelo auspiciaba anónimamente, y me hicieron cursar ahí quinto y sexto de primaria. Padecimos enormes fríos y calores, en época de frío si mis compañeros no tenían chamarra a mi me mandaban igual en camisa.

Al comprender y vivir en carne propia este amargo sentimiento de la necesidad extrema de sentir hambre, frío o calor en exceso, mi vida cambió. Y ahora cuando escucho cifras mexicanas sobre los más de 80 millones de pobres extremos, cuando leo sobre de la inhumana manera de robar y de saquear este país por parte de los mismos cómplices de siempre —las mismas culebras nomás cambiando zurrón— pienso: ¿cómo es posible que la misma sociedad, que somos 120 millones de víctimas contra unos cuantos millones de políticos y ladrones, NO PUEDA TOMAR lo que le pertenece?; NI SIQUIERA reclamar o señalar desde la comodidad de nuestra computadora y a través de las redes sociales, de seguir esta tendencia criminal por parte del gobierno y este silencio absoluto por parte nuestra. Dentro de muy poco seremos nuevamente tratados como esclavos y los políticos como virreyes, si no es que ya lo somos.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”