La Responsabilidad Independiente

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El actual rechazo a los partidos políticos y a las instituciones públicas ha incentivado a los ciudadanos a creer y confiar en las candidaturas y gobiernos independientes, y al mismo tiempo considerarlos como la solución a los problemas de orden público. Las razones que dieron pie a esto son muchas y se han acumulado con el paso de los años, sin embargo, el recelo de la gente proviene de su percepción (a veces infundada) de gobiernos corruptos e ineficaces.

El actual rechazo a los partidos políticos y a las instituciones públicas ha incentivado a los ciudadanos a creer y confiar en las candidaturas y gobiernos independientes, y al mismo tiempo considerarlos como la solución a los problemas de orden público.

Es ahora, cuando los independientes tienen, al menos en Nuevo León, la batuta para demostrar al votante por qué fueron la mejor opción y por qué es posible gobernar sin pertenecer a una institución partidista. Sin embargo, esta «luna de miel» alimentada por el furor mediático perpetrado por ciertos periódicos va a llegar a un fin en los próximos meses cuando la gente exija con resultados palpables los ideáticos (algunos inviables) compromisos de campaña.

Sin embargo, esta «luna de miel» alimentada por el furor mediático perpetrado por ciertos periódicos va a llegar a un fin en los próximos meses cuando la gente exija con resultados palpables los ideáticos (algunos inviables) compromisos de campaña.

La gente está cansada de las promesas incumplidas, del pretexto y de la excusa. Sería ideal que el gobernador no nos diga cuál ha sido su obra y trabajo sino que la gente pueda presenciar por sí sola los avances en las calles, los servicios públicos, los centros de salud y cualquier otro rubro donde el gobierno tenga injerencia.

La gente está cansada de las promesas incumplidas, del pretexto y de la excusa.

Los reflectores ahora están puestos en Jaime Rodríguez, no sólo por los nuevoleoneses, sino por todos los demás estados que en los próximos años querrán ver en las urnas a más candidatos independientes. De lo anterior se desprende una gran responsabilidad para que el gobernador sea aquello que tanto prometió, es decir, que sea congruente entre su diatriba dura y crítica al sistema político actual y la forma en la que gobernará a Nuevo León los próximos seis años.

Los reflectores ahora están puestos en Jaime Rodríguez, no sólo por los nuevoleoneses, sino por todos los demás estados que en los próximos años querrán ver en las urnas a más candidatos independientes.

El 7 de junio terminó la campaña, el 4 de octubre terminó su calidad de Gobernador electo; hoy es Gobernador de uno de los estados más importantes de México y Jaime Rodríguez debe actuar como tal, dejando atrás el discurso de campaña y comenzando a realizar el trabajo que el cargo conlleva.

Este líder tiene mayor responsabilidad moral que el servidor público común por el simple hecho que la gente votó por él por ser la antítesis del político actual y por aparentemente representar la indignada voz del pueblo. Es por esto que cualquier error que cometa será juzgado y sentenciado con más fuerza que si se tratara de un militante partidista.

El 7 de junio terminó la campaña, el 4 de octubre terminó su calidad de Gobernador electo; hoy es Gobernador de uno de los estados más importantes de México y Jaime Rodríguez debe actuar como tal, dejando atrás el discurso de campaña y comenzando a realizar el trabajo que el cargo conlleva.

Ante este escenario «sui géneris», los partidos políticos, al menos en Nuevo León, tendrán la oportunidad de reinventarse o más aún de reformarse y convertirse en instituciones tan sólidas que su prestigio no permita que se les escape de las manos otra gubernatura. Los actuales líderes partidistas tienen la gran encomienda de devolver la representación popular axiomática que supone un partido político.

Ante este escenario «sui géneris», los partidos políticos, al menos en Nuevo León, tendrán la oportunidad de reinventarse o más aún de reformarse y convertirse en instituciones tan sólidas que su prestigio no permita que se les escape de las manos otra gubernatura.

Al no existir antecedente de gobiernos estatales liderados por funcionarios sin filiación política es difícil pronosticar los resultados y los indicadores para poder comparar la efectividad de un gobierno partidista y uno independiente, no obstante el votante de 2018 será el mejor indicador para conocer este resultado.

La responsabilidad de Jaime Rodríguez es enorme, no sólo por el hecho de dirigir al vasto y preponderante estado de Nuevo León, sino porque él será la vara con la cual medirán a los candidatos independientes del mañana. En 2021, podremos saber si es necesaria una estructura partidista para gobernar o es posible sacar adelante un estado de manera «independiente».

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