Y siguen subiendo las tasas

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El Banco de México acaba de anunciar el incremento de la tasa de interés en 50 puntos bases, pasando de 4.25% a 4.75%. La postura oficial del Banco es que esta decisión se da en base al objetivo de contribuir al fortalecimiento del marco macroeconómico del país a través de un ajuste en su postura monetaria, con el propósito de mantener la inflación, lo que a su vez coadyuvará a una mayor estabilidad financiera.

Recordemos que el Banco de México tiene como objetivo prioritario procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda; es decir, que los mexicanos no nos enfrentemos a niveles altos de inflación.

Algunas posturas afirman que esta decisión se da como consecuencia de la agitación política y económica a la que está expuesta el país como consecuencia de la reñida contienda electoral en Estados Unidos y la recuperación económica que ha mostrado este país vecino, la cual ha presionado el alza de las tasas de interés. Además, la inestabilidad económica de Europa y los factores sociales internos, también han impactado a nuestro mercado financiero.




En el último año, la tasa de referencia de nuestro país se ha incrementado en más del 50% de su valor inicial y los especialistas prevén que Banxico pueda elevar las tasas aún más. Pese a que la intención del Banco sea mantener un nivel estable de inflación y coadyuvar a que las inversiones financieras sean más atractivas, también existen consecuencias que pueden ser adversas.

El aumento de las tasas de interés se traduce en un encarecimiento del dinero, tanto para quienes ya han contratado la deuda en tasa flotante como para quienes lo van a hacer, lo cual tiene un impacto directo en el nivel de inversión pública y privada de nuestro país.

Muchos gobiernos subnacionales y empresas privadas tienen deuda cuya tasa está basada en la TIIE. En algunos de estos casos se han tomado precauciones ante esta subida de tasas y se han contratado coberturas que ayudan a pagar menos intereses cuando las tasas se incrementan; sin embargo, en nuestro país aún existe una falta de cultura financiera y este tipo de instrumentos no son tan utilizados.




Para quienes sólo recuerdan los últimos años de nuestro sistema financiero, una tasa de interés en el nivel actual puede parecer alta, pero si extendemos nuestro horizonte de análisis podremos encontrar tasas de hasta dos dígitos. Estamos atravesando por una época en que las tasas de interés son bajas, pero que están comenzando a repuntar.

Es un buen momento para que los entes deudores, públicos y privados, cubran sus créditos y contraten coberturas financieras.

Tenemos que prever que este tan sólo puede ser el comienzo de una nueva era de tasas altas. Ni las empresas, ni los gobiernos pueden arriesgar sus finanzas, es importante comenzar a planear.

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