Pemex prevé producción baja dentro de los próximos 5 años

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Monterrey (30 de agosto de 2017).- Pemex registró el pasado mes de julio una producción de menos de 2 millones de barriles diarios, esto es el nivel más bajo en lo que va de estas dos ultimas décadas, así lo informó José Antonio Gonzalez Anaya, director general de la petrolera, agregando que al país le costara al menos 5 años para recuperarse de este desplome de producción.

Mencionó que es posible que Pemex se puede recuperar a un ritmo de 3.5 millones de barriles de producción en solo un lustro.

“Esto no va a ocurrir en los siguientes 5 años. A lo mejor ocurre después, pero en los siguientes 5 años no se antoja razonable”, confirmo durante una reunión del PRI en el Senado de la República.

Estimó que se tiene un promedio que una producción de al menos Un Millón 944 barriles que alcanzaran a producirse.

Se contempla que para el 2018, la producción ascienda a 2 millones 6 barriles, para el 2019; a 2 millones 37 barriles, en 2020; a 2 millones 72 barriles y para 2012 a 2 millones 196.

Gonzalez Anaya, comentó que a este ritmo de producción, la empresa podrá recuperar su equilibro financiero para 2019 o 2o20, a un precio estimado de 56 dolares por barril.

“Con una plataforma de producción que gradualmente va incrementándose a 2.2 millones de barriles; Pemex es una empresa rentable y solida”, dijo.

Reconoció que la petrolera paso al octavo lugar, después de haberse encontrado en el tercer lugar de producción de crudo, sosteniendo que aún así las finanzas de mantienen estables.

“Hoy podemos decir que Pemex tiene las finanzas estables, mejorables, pero estables, y si ustedes me hubiesen preguntado hace un año que si hoy íbamos a poder decir que Pemex iba a tener finanzas estables, yo hubiese dicho que nos faltaba un poquito más de tiempo, y eso demuestra la fortaleza de la empresa”, aseguró.

 

 

 

 

 

 

 

Fantasmas de 2008

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¿Qué sucede cuando a un mercado lo controlan pocos participantes? La teoría económica pudiera dar una respuesta, pero en la práctica existe un incentivo para obtener un beneficio adicional a expensas de terceros. El sistema financiero mexicano es operado por relativamente pocas instituciones, de las cuales una pequeña cantidad de ellas lo controla de forma oligopólica.

Dependiendo el sector del sistema existen actores más fuertes que otros; ciertos bancos en el otorgamiento de crédito a gobiernos, algunas casas de bolsa en la colocación de acciones y diversas afores en la compra de ofertas públicas, por nombrar algunos.

Recordando lo sucedido hace 9 años en la mayor crisis financiera mundial, el poder y alcance de las grandes instituciones financieras (de Estados Unidos y Europa principalmente) de la mano de una regulación gubernamental laxa resultó en un abuso de los mercados financieros que causó una debacle que aún resienten las economías mundiales.

Sin embargo, en México no nos quedamos atrás y a pesar de ver los resultados que el pasarse de listo puede causar, hay quienes quieren copiar las malas prácticas de los responsables de la crisis de 2008 en detrimento del sistema financiero mexicano:

En abril de este año la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) notificó a las afores Banorte XXI, Principal, GNP Profuturo y Sura por una supuesta colusión para la fijación de precios y la repartición de clientes entre 2012 y 2014. Finalmente, la semana pasada la autoridad anunció multas por un total de 1,100 millones de pesos a las mencionadas afores por prácticas monopólicas en el mercado de fondos de ahorro para el retiro.

La actividad sancionada consistió en retardar de forma coordinada el traspaso de empleados de una administradora a otra con el fin de reducir costos comerciales y así aumentar utilidades. En otras palabras, estas instituciones se pusieron de acuerdo para no quitarse clientes entre ellos al desincentivar el traspaso de afore al que por ley los trabajadores tienen derecho.

También en abril pasado, la Cofece informó sobre una investigación para determinar si existió manipulación del mercado de deuda gubernamental por parte de casas de bolsa, bancos, fondos de inversión e incluso afores. El asunto es que los intermediarios del sistema financiero pudieron haber obtenido un beneficio al ofrecer instrumentos de inversión con un sobreprecio a sus clientes y al mismo tiempo haber causado un encarecimiento en los costos de la deuda para el gobierno, lo cual repercute en las finanzas públicas.

Aunque aún no existen culpables y la investigación puede durar hasta dos años, estas supuestas prácticas afectan a inversionistas, gobiernos y a la confianza en el sistema financiero.

La gravedad de estos dos ejemplos no sólo consiste en el daño y perjuicio a las personas directamente afectadas sino en el aumento del riesgo sistémico que estas prácticas pueden ocasionar. La alteración de un precio o de una tasa puede ser un hecho aislado o puede desencadenar en una mini crisis para un sector que posteriormente puede traducirse en una amenaza al sistema financiero.

Suena fatalista, quizá exagerado, pero los mercados financieros al estar globalmente interconectados deben ser operados de manera minuciosa y con un gran sentido de responsabilidad. ¿Acaso no se aprendió nada de 2008?




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