Perfilan que chavismo tome Asamblea Nacional en elecciones cuestionadas por opositores y la comunidad internacional

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Los primeros resultados de la elección legislativa en Venezuela, con una baja participación y rechazada por opositores así como distintos países y organismos internacionales, perfilan que el oficialismo obtenga control de la Asamblea Nacional, como se esperaba ante el boicot de partidos antichavistas.

Con 82 por ciento de la votación escrutada, el Consejo Nacional de Elecciones daba 67.36 por ciento de los votos a la coalición del Gran Polo Patriótico Simón Bolivar, con la que participó el Partido Socialista Unido de Venezuela. La participación, según el organismo, fue de 31 por ciento, aunque organizaciones civiles la colocaban en alrededor del 18 por ciento.

Con ello, Maduro se asegurará el control de todos los poderes públicos, mientras que la Oposición quedará sin ningún piso institucional y muy limitada para ejercer alguna presión contra el Gobierno, lo que según analistas acelerará el final de los últimos vestigios de la democracia venezolana.

Los comicios, en los que se eligieron 277 diputados entre unos 14 mil candidatos, son rechazados por Estados Unidos, la Unión Europea y buena parte de los países de la región que han cuestionado la jornada, asegurando que no se cumplen las condiciones para un proceso electoral transparente y democrático.

Con escasa concurrencia de electores Venezuela se acercaba el domingo al final de las elecciones de la Asamblea Nacional, mientras las principales fuerzas opositoras, que convocaron a un boicot alegando un “fraude”, atribuían la inasistencia a un respaldo a su protesta.

A pesar de la poca presencia de votantes el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió, pasadas las 6 de la tarde, prorrogar al menos por una hora más el proceso alegando que aún “se mantiene la concurrencia de electores” a las puertas de los centros de votación.

“El fraude ha sido consumado y el rechazo mayoritario del pueblo de Venezuela ha sido evidente”, dijo la noche del domingo el líder opositor Juan Guaidó en un mensaje que difundió en redes sociales, al asegurar que la mayoría de los venezolanos expresaron su rechazo a Maduro al no salir a votar.

“La Asamblea Nacional seguirá en funciones para lograr elecciones presidenciales y parlamentarias libres”, anunció el aún presidente del Congreso. Agregó que la mayoría opositora se mantendrá en sus funciones basada en el “principio de continuidad constitucional”

“El cambio no lo podrán parar. Esto es insostenible”, dijo Guaidó, quien ha sido reconocido como presidente interino de Venezuela por casi 60 países, e invitó a los venezolanos a salir el 12 de diciembre para participar en una consulta promovida por la Oposición y organizaciones civiles

Horas antes, el Presidente Nicolás Maduro celebró la votación.

“(Hoy) nace una nueva era en Venezuela y nos damos la oportunidad de iniciar un proceso verdaderamente democrático para la recuperación de nuestra amada patria”.

Maduro aprovechó en una transmisión de la televisora estatal para atacar al actual Congreso, de mayoría opositora, al que acusó de incurrir en “traición al haber pedido sanciones contra la economía de todo un pueblo que nos ha llevado a una situación dolorosa”.

La postura crítica de la comunidad internacional hace prever que no habrá cambios en las presiones y sanciones hacia el Gobierno de Maduro, quien deberá seguir sorteando la compleja crisis sólo con el apoyo de Rusia, China, Irán, Cuba y Turquía, que en los últimos años se han convertido en sus incondicionales aliados.

“Diga lo que diga Donald Trump o Iván Duque, el pueblo de Venezuela va a elegir su Asamblea Nacional y el 5 de enero nace un Poder Legislativo nuevo”, afirmó antes el Mandatario, al tiempo que llamaba a los venezolanos a participar en la votación..

Las votaciones arrancaron pasadas las 6 de la mañana con pequeñas filas en algunos centros de votación de la capital, situación que se mantuvo durante el resto de la jornada, según constató The Associated Press. Medios locales reportaron situaciones similares en el interior del país.

Mientras se dirigía a su trabajo en la capital venezolana Karol Terán, una enfermera y madre soltera, señaló que no votaría.

“Esto es más de lo mismo. Si voto o no voto, igualito, este gobierno tiene todo eso controlado… Creo que estoy cansada de todo esto, ¿sabe? Y no es fácil.”

En cambio, Exida Morales, una humilde vendedora callejera de 60 años, decidió salir a votar para tener, dijo, “todo el derecho de hacer un reclamo” y “ver si la economía mejora porque las comidas están muy caras”.

Al ser preguntada sobre el boicot convocado por la oposición, Morales expresó: “tantas cosas han sucedido que ya uno no cree en uno ni en el otro”.

Y reviran con consulta

Una coalición opositora logró una contundente mayoría en los comicios de 2015 y arrebató al oficialismo el control de la Asamblea Nacional, que habían manejado por 16 años. Pero durante los cinco años de ejercicio parlamentario, la Oposición debió lidiar con el cerco jurídico del Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el Gobierno, que anuló todas las leyes y decisiones del Congreso.

En respuesta a las elecciones legislativas, la Oposición convocó a una “consulta popular” entre el 7 y 12 de diciembre que se realizará por la aplicación Voatz, un portal de Internet, el sistema de mensajería Telegram, y de manera presencial al final del proceso.

En el referendo, promovido por organizaciones civiles y que no tendrá auditoría ni observación independiente, se preguntará a los venezolanos si están a favor de exigir el “cese de la usurpación” de la presidencia de Maduro, sobre el rechazo de los comicios legislativos, y si ordenan ejercer gestiones en la comunidad internacional para rescatar la democracia y atender la crisis humanitaria.

El boicot impulsado por Guaidó no fue acatado por un grupo de organizaciones opositoras minoritarias que mantiene diálogos con el oficialismo, ni tampoco por congresistas y políticos disidentes a quienes el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el Gobierno, les entregó la dirección, símbolos, colores y tarjetas de los partidos Primero Justicia, Acción Democrática y Voluntad Popular, tres de los grandes partidos opositores.

(Fuente: AP)