Dimes y Diretes: “¿Se acabo la luna de miel?

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Fuente: Frente Nuevo León

Esta semana Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco”, cumple 100 días al mando del gobierno estatal. ¿Cuál ha sido su desempeño? ¿Ha hecho lo que prometió? Aunque con 100 días en el gobierno no podemos evaluar mucho, es importante mencionar que ha tenido un desempeño decente. Claro, si lo comparamos con el anterior gobierno, “el Bronco” es como darle un vaso agua a alguien que está en el infierno.

Pero bueno, a lo que voy es que la semana pasada salieron a relucir varios detallitos que la administración de Jaime comienza a tener. Aquí voy a darle una repasada:

Hay un gasto de $880,000.00 MXN en burocracia que para muchos es innecesaria.

1. Recientemente salió a relucir, gracias a Frente Nuevo León, una lista de los salarios y puestos que el gobierno estatal esta pagando aquí en Monterrey y en el Distrito Federal (hay una oficina enlace en la capital). Hay una situación que me llamó mucha la atención al momento de leer la nomina. El gobierno del Estado le paga a un chofer en el D.F. para mover al gobernador en la capital un total de $26,216.00 MXN. Una cocinera también a la cual le pagan $18,000.00 MXN. Otro más que me llamo la atención fue la cantidad de analistas que la Secretaria Particular del Gobernador necesita. En total, esa Secretaría tiene 8 analistas teniendo un costo total de $144,199.00 MXN y un promedio de pago cada uno de $18,024.87 MXN. En total, hay un gasto de $880,000.00 MXN en burocracia que para muchos es innecesaria. ¿Hay forma de recortar? ¿Esto es austeridad?

Después de la reunión de Jaime con Enrique Peña Nieto la semana pasada, “el Bronco” cambió un poco de parecer y dijo que Monterrey VI no había muerto y que lo que se iba a hacer era replantear el proyecto.

2. Hace unos meses en el ForoMty, “el Bronco” confirmaba que el proyecto Monterrey VI se cancelaría; dicho proyecto del gobierno de Medina estuvo bajo el escrutinio de medios de comunicación y de muchos activistas y organizaciones civiles del estado, debido a la naturaleza de su planeación —fue autorizado muy “en lo oscurito”–, el elevado costo del proyecto y la falta de pruebas veraces sobre si lograría abastecer de agua a Monterrey. Después de la reunión de Jaime con Enrique Peña Nieto la semana pasada, “el Bronco” cambió un poco de parecer y dijo que Monterrey VI no había muerto y que lo que se iba a hacer era replantear el proyecto. ¿Qué paso Jaime? ¿Acaso Enrique Peña Nieto te convenció de no cancelarlo? ¿Por qué cambiaste de opinión?

3. Mientras tanto, en la SEDESOL, hay acusaciones de conflicto de intereses después de que en eventos a beneficio de los mas necesitados se sirvieran tamales de la compañía ni más ni menos que de Américo Garza Salinas, actual Subsecretario de Desarrollo Social y dueño de una importante compañía de tamales. Ahora falta que el gobierno estatal de constancia de que afirmativamente se trató de una donación por parte del Sr. Garza Salinas y no de un conflicto de interés donde el empresario de Juárez, Nuevo León, sacó un beneficio propio.

Se lo que dirá, estimado lector. Que por qué esto se cuestiona ahorita y no se hizo lo mismo con Medina. Pues les puedo decir que, antes que nada, este medio no existía durante el gobierno de Rodrigo Medina, por que sino lo hubiéramos cuestionado. Pero nos parece importante comenzar a cuestionar algunas acciones de nuestro actual gobernador, antes que sea muy tarde.

¿O usted qué opina?

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

El costo de hacer trampa

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Hacer trampa tiene costos. Recientemente, fuimos testigos de dos elecciones en las cuales se hizo trampa para ganar y se debe pagar por ello. Me refiero a la elección de la Gubernatura en Colima y la de Ayuntamiento en Juárez, N.L.

Fuimos testigos de dos elecciones en las cuales se hizo trampa para ganar y se debe pagar por ello. Me refiero a la elección de la Gubernatura en Colima y la de Ayuntamiento en Juárez, N.L.

No me refiero únicamente a los costos económicos de organizar una nueva elección en Colima y al costo político derivado del cambio en el resultado de la planilla ganadora en Juárez. Me refiero, además, a las consecuencias institucionales y sociales de que se normalicen prácticas contrarias al derecho que ponen en riesgo la libertad del sufragio. Me explico.

Para 2015, el presupuesto del Instituto Electoral del Estado de Colima ascendió aproximadamente a 90 millones de pesos, lo que implicaría un costo por voto de 180 pesos, de haber votado el cien por ciento del casi medio millón de electores de ese estado. Ahora se espera por el INE que la elección extraordinaria en 2016 ascienda a 35 millones. Ya esto es un costo inadmisible para la ciudadanía, derivado de la trampa de servidores públicos del gobierno estatal a favor de una candidatura.

Pero este no es el único costo de la anulación. Uno más tiene que ver con el diseño de competencias entre el INE y el Instituto Electoral de Colima. En resumidas cuentas, el Tribunal Electoral determinó que la intervención del poder Ejecutivo en las elecciones hacía inviable la organización de éstas por parte del referido Instituto Electoral local, por lo que el INE debía hacerse cargo de la elección extraordinaria. El costo de la trampa impacta en lo poco que queda del federalismo electoral en México. Ahora tendremos un Organismo Público Local desacreditado e inoperante. Un buen pretexto para que los legisladores terminen su labor de recentralización de la organización de las elecciones.

El caso de Juárez en Nuevo León tiene un primer costo en la dimensión política. En efecto, sin la trampa acreditada en el expediente, tal vez la planilla postulada por el Partido Encuentro Social estaría ahora gobernando el municipio. Gracias a la presión en los electores que se probó en las 7 casillas de la sección 841 de dicha población, el PES y su candidato a la Alcaldía intercambiaron la mayoría por solamente dos regidurías de representación proporcional. Mal negocio para dicho partido.

Un costo adicional en el caso de Juárez es la insatisfacción social derivada de la sentencia del Tribunal Electoral. Es prácticamente imposible imaginar que los cientos de electores que votaron por el PES y sus candidatos estén contentos con el resultado de la sentencia. Ahora, con los resultados tan cercanos entre primer y segundo lugar, es decir, con la polarización que implican éstos, hace previsible que una buena parte de la sociedad juarense esté inconforme con el resultado derivado del fallo.

Podemos repetir la elección, podemos cambiar al ganador, pero eso no repara la enfermedad.

Finalmente, tanto en el caso de Colima como en el de Juárez, creo que el mayor costo de hacer trampa es el efecto anti-pedagógico que tienen dichas conductas (intervención del Ejecutivo y presión sobre los electores) en el conjunto de la sociedad. Cuando podíamos empezar a creer en la erradicación de ciertas prácticas corruptoras, nos damos cuenta que aún pueden resultar algo “común”, “normal” de la vida política electoral en nuestro país. Podemos repetir la elección, podemos cambiar al ganador, pero eso no repara la enfermedad.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”