LOS ALCALDES QUE SE VAN

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30 de octubre del 2015.

En esta semana concluyen su periodo los alcaldes de Nuevo León. Como en la mayoría de los casos, vale la pena hacer un balance de lo hecho y lo no hecho. Un balance que debiera servirnos para tener más cuidado al otorgar el voto en las próximas elecciones. Dije debiera, sabiendo que no será así. La memoria colectiva es tan corta que los que ahora se van ya no generarán recuerdos dentro de cerca de tres años. Esa es la razón por la que, como electorado, seguimos cayendo en los mismos errores, como dice la canción.

La memoria colectiva es tan corta que los que ahora se van ya no generarán recuerdos dentro de cerca de tres años. Esa es la razón por la que, como electorado, seguimos cayendo en los mismos errores.

Vamos al análisis, el cual, por falta de espacio, no podrá referirse a todos los municipios. Empiezo por mi propio interés, después de todo yo tengo la pluma, bueno así se decía antes. Hoy es yo tengo la computadora. Entonces inicio con San Pedro. El hasta hoy alcalde Ugo, quien demostró que no sólo le falta la hache, ha hecho un mal trabajo, según lo reflejan las evaluaciones ciudadanas que ha publicado un periódico del estado.

Cualquier sampetrino coincidirá conmigo cuando digo que San Pedro ha dejado de ser el municipio modelo de México. Hoy, los indicadores de inseguridad están creciendo, aunque los números oficiales digan otra cosa, con datos respaldados en la cifra negra, que está conformada por todos aquellos delitos que no se denuncian, como es el caso de los secuestros.

Tengo la certeza de que, si hace tres o cuatro administraciones municipales, se hubiera realizado y cumplido un verdadero plan de desarrollo urbano, este martirio cotidiano que vive hoy San Pedro no existiría.

Aunado a lo anterior, San Pedro es hoy noticia estatal y algunas veces nacional por la magnitud de los congestionamientos viales que se viven, los cuales antes eran los viernes y hoy son todos los días. Estos congestionamientos son derivados, como todo el mundo lo sabe, por el desorden urbano de esta y anteriores administraciones al autorizar más y más construcciones de edificios de vivienda, comercios, restaurantes y demás, todo ello sin analizar el verdadero impacto vial que generarán estas edificaciones. Tengo la certeza de que, si hace tres o cuatro administraciones municipales, se hubiera realizado y cumplido un verdadero plan de desarrollo urbano, este martirio cotidiano que vive hoy San Pedro no existiría.

En suma, San Pedro es hoy una zona minada para los sampetrinos. Entre la infinidad de construcciones, por cierto aprobadas por esta u otras administraciones municipales, la gran cantidad de baches, a mi parecer nunca antes vista en este municipio y la pésima ingeniería vial de algunas avenidas o cruceros, donde se presentan accidentes con asombrosa frecuencia. Malas decisiones gubernamentales ha sido la constante. A propósito, una de ellas proponer el incremento de un 20 % al impuesto predial. Si no da risa, da tristeza.

Por otra parte, Monterrey, con la casi gobernadora a la cabeza, genera hoy en los nuevoleoneses un poco de vergüenza, más bien un mucho. Abandono absoluto de servicios como la recolección de basura, una enorme cantidad de patrullas descompuestas por falta de recursos para repararlas, los servicios médicos que por normativa debe prestar carentes de medicamentos, también por falta de presupuesto. Por cierto, si hubo presupuesto para las camionetas blindadas que quería llevarse la hasta hoy alcaldesa para su seguridad. Prioridades son prioridades, y los regios que esperen mejores momentos.

Ha sido una triste administración que los regiomontanos cobraron en las urnas y en la calificación final, ya que le otorgaron un 4.3 en encuesta realizada por El Norte. Esta no debe ser una noticia que asombre al electorado. Recordemos que la alcaldesa llegó al poder por una división de fuerzas y pérdida de prestigio de su partido, por aquel asunto del exitoso negocio de los quesos. Con todo respeto, la histórica alcaldesa no llegó por su experiencia ni por sus logros en tareas gubernamentales anteriores. El resultado era de esperarse.

En otro rumbo geográfico de nuestro hoy maltratado estado, veamos como la alcaldesa de Cerralvo tiene sobre sí enormes sospechas de corrupción, nepotismo, incumplimiento con los procesos de transparencia y etcétera. Un municipio más dejado en el abandono y con enormes carencias. Recordemos que Cerralvo es aún reconocido como la Cuna de Nuevo León.

En este municipio el electorado también cobró la factura en las urnas, colocando en su lugar a un Alcalde de un partido diferente al que siempre gobernó Cerralvo, por cierto, según lo que he leído, ha sido considerado el alcalde más joven de Nuevo León y creo que hasta de México. De nuevo, el electorado cobró.

Guadalupe sigue en el abandono, a pesar de lo que diga su hasta hoy alcalde. Habría que preguntar a los vecinos. Santa Catarina con avances dignos de mencionarse, en medio de tantas malas noticias. Lo mismo que San Nicolás en donde se hizo un trabajo aceptable a pesar de su excesivo slogan de “El mejor lugar para vivir”, ya me imaginaba a todos los sampetrinos corriendo a vivir en San Nicolás.

En fin, hoy es el cambio. A los nuevoleoneses nos alberga un poco de tristeza por la situación actual y, al mismo tiempo, un poco de esperanza por las administraciones que inician.

Desde lo más profundo de mi corazón, deseo a todos los alcaldes, del partido que sea, un éxito verdadero en sus tareas por el bien de sus habitantes. A la gente le comento: si no participas, todo seguirá igual.

Desde lo más profundo de mi corazón, deseo a todos los alcaldes, del partido que sea, un éxito verdadero en sus tareas por el bien de sus habitantes. A la gente le comento: si no participas, todo seguirá igual.

Es tiempo de luchar juntos contra la incompetencia, la simulación, el engaño y la corrupción. Esa no es una tarea de gobiernos como ya lo hemos visto. Es una tarea tuya y mía. No perdamos la fe. Nuevo León es nuestro, no de los políticos, no lo olvides.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

LA PALABRA EN LA POLÍTICA

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Un hombre, se decía antes de las complicaciones de género, lo cual significaba indistintamente hombre o mujer, es decir, del género humano, se decía, repito: un hombre debe honrar su palabra. Esa frase fue, durante siglos, una verdad absoluta.

Hay de aquel que por alguna razón, o sin ella, faltara a su palabra. Se hacía merecedor de la burla, el escarnio y todo tipo de desprecios de una sociedad rigurosa y cuidadosa de conservar, para beneficio de todos, la obligación de hacer honor a la palabra.

Hoy, bajo el amparo de la comodidad que brinda la modernidad, (recuerde el lector que para muchos lo moderno significa batallar menos) mucha gente, y en este caso mucha gente significa una abrumadora mayoría, pasa por alto ese antiguo valor, ya casi en desuso, de hacer honor a la palabra.

Hoy, bajo el amparo de la comodidad que brinda la modernidad, (recuerde el lector que para muchos lo moderno significa batallar menos) mucha gente, y en este caso mucha gente significa una abrumadora mayoría, pasa por alto ese antiguo valor, ya casi en desuso, de hacer honor a la palabra.

Hoy, hablar de honor y de cumplir la palabra es cosa de anticuados, es cosa que sólo los viejos podemos defender con vehemencia.

Incluso en el deporte, que se supone una de las actividades más limpias y sanas de la sociedad moderna, se presentan casos de corrupción que van desde la FIFA hasta los equipos amateurs que se dejan ganar por tal o cual beneficio que obtendrán después, esto en el fútbol.

Lo vemos en todas partes, incluso en el deporte, que se supone una de las actividades más limpias y sanas de la sociedad moderna, se presentan casos de corrupción que van desde la FIFA hasta los equipos amateurs que se dejan ganar por tal o cual beneficio que obtendrán después, esto en el futbol. Del box ya ni hablamos, es de todos sabido que la mayoría de sus aficionados conocen o dudan acerca de la legitimidad de las peleas. No hay palabra, no hay honor y los aficionados no importan, importa el negocio.

La política no podría estar exenta de este mal de la modernidad. Es ya tan frecuente que la mayoría de los políticos digan una cosa y hagan otra, que ya la gente lo acepta como un mal generalizado y por ello deja de ser relevante.

Es ya tan frecuente que la mayoría de los políticos digan una cosa y hagan otra, que ya la gente lo acepta como un mal generalizado y por ello deja de ser relevante.

Recuerdo la toma de posesión de Mauricio Fernández como Presidente Municipal de San Pedro en la administración anterior, antes de Ugo (sin hache). Le toman la protesta de ley y le dicen: ¿protesta usted cumplir y hacer cumplir la ley, etc, etc, etc. Pues resulta que luego de haber dicho “Sí Protesto”, con toda energía, cinco minutos después dijo, palabras más palabras menos, pues yo me voy a brincar las trancas, refiriéndose a que lucharía contra el crimen organizado.

Es decir, Mauricio nos avisó a todos, que en este tema violaría la Ley, que iría más allá de las atribuciones que la ley otorga a los municipios en México en materia de seguridad. Nadie se sorprendió, todo mundo aplaudió, quiero suponer que aplaudieron el valor con el que se dijo la frase, y no su verdadero contenido.

Ejemplos sobran, podría escribirse un libro con varios tomos si se recopilaran frases como esa, o promesas de campaña que no se cumplieron y acabaron siendo sólo eso: promesas que se hacen a los votantes para ganar una elección.

Al escribir este texto, el Congreso del Estado de Nuevo León debate si se debe o no retirar el cobro de la tenencia vehicular para 2016, el cual fue creado para obtener recursos y organizar una competencia deportiva, y la primera mentira sobre la tenencia fue que sería cobrada por única vez. Hace ya varias décadas de eso.

Rodrigo Medina prometió eliminar el cobro de la tenencia en Nuevo León y no cumplió, es decir, faltó a su palabra y la sociedad pareció disculparle ante la frase de “todos nos dicen mentiras para ganar”. Borrón y cuenta nueva. Pues hoy, de nueva cuenta, estamos ante ese dilema y todo parece indicar que el congreso determinará que la tenencia se elimine y el Bronco, que de nuevo utilizó ese tema como estrategia de campaña, podrá vetar esa resolución aunque podrá no ser esa la última palabra (a propósito de palabras).

Hoy se dice que eliminar la tenencia significaría un gran riesgo para la economía estatal por la falta de recursos. ¿Acaso el equipo del entonces candidato y hoy gobernador no había analizado la situación económica y el monto de lo que se dejaría de percibir al prometer y cumplir la eliminación de la tenencia? ¿Fue falta de capacidad de análisis o una mentira deliberada? Usted tiene la palabra.

Prometió enviar a la cárcel al gobernador que recientemente concluyó su gestión y a alguno de sus familiares. ¿Cumplirá su palabra? ¿La sociedad podrá hacer algo?

Junto con esa hay otras promesas de campaña que generarán nuevos debates ante una sociedad cada vez más participativa. Prometió enviar a la cárcel al gobernador que recientemente concluyó su gestión y a alguno de sus familiares. ¿Cumplirá su palabra? ¿La sociedad podrá hacer algo?

En fin, en más de 21 años de experiencia como consultor me queda claro que ganar las campañas no es sencillo. Sin embargo, me queda claro también, que ganarlas con mentiras es un enorme riesgo.

En Nuevo León yo espero dos cosas: primera, que el Bronco, apoyado por todo su equipo, pueda cumplir sus promesas y de, a quienes votaron por él, la certeza de que tuvieron la razón y, segunda, que los ciudadanos participemos más en este acto de gobernanza que a todos interesa, recuperando por el bien de todos, el respeto al honor y a la palabra.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Una nueva política en el mismo México

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La elección de 2015 en nuestro país ha marcado un cambio radical en lo correspondiente a los resultados electorales. Por un lado, la aberración de un partido por colocar posiciones populistas en los puestos de designación y, por el otro, una determinación ciudadana de hacerse presente en las urnas con una nueva ideología, que no conocen aún, pero que responde a la necesidad de cambio.

Hoy, tenemos una nueva percepción de la política pero en el mismo México. Se ha escrito mucho respecto a los resultados electorales de 2015. Todos tratan de descubrir qué fue lo que determinó resultados tan sorpresivos en diferentes latitudes de nuestra Patria, pero no se ha llegado al fondo.

Todo pareciera política pero no es así. El resultado de la elección reciente no es una causa, es un efecto, pero no de análisis político como muchos aseguran, ni mucho menos de profundas reflexiones ciudadanas sobre el futuro de México. Desde mi muy particular punto de vista, luego de haber sido parte de este proceso electoral, el origen de este cambio no es político.

El cambio tiene que ver con un estado emocional de los mexicanos. Un estado de indefensión, de desaliento, de inconformidad, e incluso de tristeza. Esta amalgama de emociones ha estado presente en cada una de las elecciones, y ha propiciado que los ciudadanos vayamos por un cambio, bueno o malo, no se puede saber aún, pero es un cambio.

La amalgama de emociones a la que me refiero tiene que ver con la cada vez más evidente incapacidad de los gobiernos para hacer su tarea. Los municipios del Área Metropolitana de Monterrey, que en otro tiempo fueron ejemplo de desarrollo, hoy son, para quienes aquí vivimos, hasta producto de vergüenza.

Por ejemplo, la destacada burguesía sampetrina hoy vive entre el caos de los baches, el estrangulamiento vial, la inseguridad y un gobierno sin idea de lo que es el respeto al desarrollo urbano humano y ordenado. Muy lejos esto de lo que antes fue San Pedro, y muy lejos también de lo que la gente quiere.
En el mismo rubro cae Monterrey, cuya alcaldesa enfatizó el interés por su campaña por la gubernatura, y olvidó cumplir con las competencias básicas de un gobierno municipal. El resultado es evidente: un Monterrey destrozado, estrangulado y con una imagen urbana deplorable.

La destacada burguesía sampetrina hoy vive entre el caos de los baches, el estrangulamiento vial, la inseguridad y un gobierno sin idea de lo que es el respeto al desarrollo urbano humano y ordenado.

Pero lo mismo podemos decir de Guadalupe, Apodaca, San Nicolás, Pesquería y Juárez. El análisis es el mismo.

Por lo que toca al Gobierno Estatal, éste ha creado desánimo en la gente por la postura centralista con la que ha distribuido los recursos federales, dejando a los municipios, y sus habitantes, en el abandono total. De igual manera, los cuestionamientos sobre actos de corrupción, del propio gobernador y algunos de sus familiares, han calado hondo en el ánimo de la gente, sobre todo de quienes votaron por él.

Del gobierno federal mucho es lo que se puede decir. La Casa Blanca, las casas de otros funcionarios de primer nivel, el contratista favorito, la fallida lucha contra la pobreza —que nos pone hoy con 2 millones más de pobres según evaluaciones del CONEVAL—, las mal llamadas reformas estructurales que no han logrado brindar a los mexicanos los beneficios ofrecidos.

Esto y muchas otras cosas hacen que los mexicanos hoy estemos tristes, que no sepamos qué hacer y votemos por quién sabe quién, que hará quien sabe qué, pero que no sea de los partidos que nos han decepcionado. Esta situación nos acerca a riesgos que hoy mismo sería imposible determinar.

Como resultado de lo anterior, hoy los mexicanos vemos a Carmen Salinas como Diputada Federal Plurinominal diciendo barbaridades en sus entrevistas, a Cuauhtémoc Blanco haciendo no sé qué, a un integrante de un grupo musical de Chihuahua como diputado federal y al Bronco en Nuevo León.

No puedo enjuiciar a quienes aún están iniciando sus tareas; el tiempo pone siempre a cada quien en su lugar. Sin embargo, el conglomerado social ahora no entiende que significa conflicto de intereses; no entiende por qué un subordinado audita al presidente; no entiende si los familiares del gobernador que acaba de salir son realmente campesinos; no entiende por qué se siguen aprobando desarrollos en San Pedro si ya es intransitable; en suma, no entiende por qué los políticos dejaron de trabajar para apoyar al ciudadano.

Es responsabilidad de los mexicanos que construyamos, juntos, este nuevo México que será el escenario de los cambios sociales y políticos que pondrán a nuestro estado, de nuevo, en el honroso lugar de líder en los aspectos empresariales, educativos, comerciales e industriales.

Si esto que vimos en la elección de 2015 es evolución, entonces estamos frente a una nueva política. Sin embargo, esta nueva política no tendrá resultados en el mismo México. Es responsabilidad de los mexicanos que construyamos, juntos, este nuevo México que será el escenario de los cambios sociales y políticos que pondrán a nuestro estado, de nuevo, en el honroso lugar de líder en los aspectos empresariales, educativos, comerciales e industriales. En esta nueva política todos debemos participar.

Octubre de 2015
Miguel Ángel Arreola
Grupo Omega Consultores de México, S.C.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”