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Preocupa a Amnistia Internacional y HRW compra de Twitter por Elon Musk

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Las asociaciones internacionales defensoras de derechos humanos, Aministía Internacional, así como Human Rights Watch plantearon el lunes su preocupación por la incitación al odio en Twitter y el poder que su adquisición por parte de Elon Musk daría al multimillonario; esto dado que Musk se autodenomina “absolutista de la libertad de expresión“. Musk afirma que la red social tiene que convertirse en un auténtico foro para la libertad de expresión. En una declaración tras conseguir el acuerdo el lunes, Musk describió la libertad de expresión como “la base de una democracia que funciona“.

Por su parte, los defensores de los derechos humanos afirman que Twitter no es una empresa más. “Independientemente de quién sea el propietario de Twitter, la empresa tiene responsabilidades en materia de derechos humanos para respetar los derechos de las personas de todo el mundo que dependen de la plataforma“, dijo a Reuters en un correo electrónico Deborah Brown, investigadora y defensora de los derechos digitales en Human Rights Watch. Estas organizaciones afirman que “la libertad de expresión no es un derecho absoluto” y que, en ese sentido, Twitter debe tener políticas para mantener a sus usuarios más vulnerables a salvo.

Los cambios en sus políticas, características y algoritmos, grandes y pequeños, pueden tener impactos desproporcionados y a veces devastadores, incluyendo la violencia fuera de línea“, añadió.

Por su parte, Amnistía Internacional aseguró que le preocupaba cualquier posible decisión que Twitter pueda tomar tras la adquisición de Musk para erosionar la aplicación de las políticas y los mecanismos diseñados para moderar el discurso de odio en línea. “Lo último que necesitamos es un Twitter que voluntariamente haga la vista gorda ante los discursos violentos y abusivos contra los usuarios, en particular los más desproporcionadamente afectados, como las mujeres, las personas no binarias y otros“, dijo el lunes Michael Kleinman, director de tecnología y derechos humanos de Amnistía Internacional en Estados Unidos.

 Con información de Grupo Reforma