La Taquería

Nueve

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Griselda Álvarez (Colima, 1979), Beatriz Paredes (Tlaxcala, 1987), Dulce María Sauri (Yucatán, 1991), Rosario Robles (D.F., 1999), Amalia García (Zacatecas, 2004), Ivonne Ortega (Yucatán, 2007), Claudia A. Pavlovich (Sonora, 2015), Martha Erika Alonso (Puebla, 2018), Claudia Sheinbaum, (Ciudad de México, 2018). Sólo ellas, en toda la historia mexicana, han ocupado el cargo de gobernadoras en nuestro país.

Un camino minado de prejuicios, estereotipos y obstáculos es a lo que las mujeres se han enfrentado en México para acceder a los puestos de toma de decisión. Se han necesitado reformas legislativas, lineamientos y sentencias para quitar algunos de estos obstáculos de su paso (aunque aún muchos permanecen). 

Sin embargo, en aquellos puestos en donde no hay reglas de postulación en materia de género, los institutos políticos olvidan sus discursos y compromisos, para voltear a ver de manera casi exclusiva a sus militantes hombres, tal es el caso de los cargos a las gubernaturas de las entidades. 

Sociedad civil, academia, activistas del país han alzado la voz para solicitar la inclusión de lineamientos en materia de paridad de género en gubernaturas para derribar las puertas cerradas que mantienen los institutos políticos a estos cargos. El INE, por su parte, se encuentra trabajando en criterios al respecto para que la mitad de los cargos que se disputarán en este proceso electoral (7 u 8 de las 15 gubernaturas) sean destinados a las mujeres. 

Sin embargo, en los medios se han vertido ya posturas de resistencia por parte de algunos partidos políticos, recargados en argumentos sobre la imposibilidad de acatar estas posibles nuevas reglas por los “tiempos”, cuando desde siempre debieron contar con procesos con igualdad de oportunidades y más ahora en el tiempo de #ParidadEnTodo. 

Recordemos, además, que los partidos cuentan con presupuesto etiquetado específicamente para el impulso de liderazgos de sus mujeres militantes. Mujeres hay, obstáculos para que lleguen, más. Las resistencias por alcanzar una verdadera democracia incluyente continúan. El machismo en los institutos políticos persiste al oponerse una y otra vez a la llegada de mujeres al poder.