La Taquería

AMLO y el PIB: cómo medir el desarrollo de un país

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Esta columna es parte del análisis que realizamos en Reporte-19, un producto de Altius Consultores para orientar en la toma de decisiones. Consulta el reporte completo en https://bit.ly/Reporte19 

El presidente López Obrador anunció en días pasados que propondría un índice “alternativo al Producto Interno Bruto” para medir el desarrollo de México. 

Afirmó que el “modelo mexicano” de medición del desarrollo puede seguir incluyendo el PIB, pero también otros factores como desigualdad social y la “felicidad”.

Para definir el nuevo índice se convocaría a matemáticos, economistas, sociólogos, antropólogos, entre otros especialistas. 

La discusión sobre la pertinencia del PIB como principal indicador para medir la economía y/o el desarrollo de un país no es nueva. Desde hace años especialistas económicos y sociales alrededor del mundo han discutido y propuesto maneras alternativas para medir el desarrollo. 

El PIB mide la salud de la economía en términos de crecimiento, lo cual en sí mismo es útil. Pero no mide el impacto en la vida de las personas en términos de bienestar, desigualdad o acceso a oportunidades.

Es en este sentido que se han creado otros indicadores internacionales como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y el Índice de Progreso Social lanzado en 2014 por la organización Social Progress Imperative, dirigida por Michael E. Porter, de Harvard, y por el economista Michael Green.

Si bien es pertinente discutir cómo medir de mejor manera el bienestar y desarrollo de una nación, lo que AMLO propone no deja de ser conveniente para tratar de orientar la discusión más allá del Producto Interno Bruto como indicador de medición, pues los pronósticos económicos son muy poco alentadores para el país. En días recientes Goldman Sachs empeoró el pronóstico para el país a una contracción de 8.5% en 2020.

Además, durante la campaña de 2018 el entonces candidato de Morena tuvo como argumento recurrente el que México debería crecer al 4% anual en términos del PIB.

Ahora bien, el gobierno de México no es el único en anunciar una medida similar. En China, el primer ministro Li Keqiang informó que se ha decidido no establecer un objetivo de crecimiento anual este año, pues se “dará prioridad a estabilizar el empleo y garantizar el nivel de vida”.

Apenas el año pasado, Nueva Zelanda dejó a un lado el PIB para priorizar lo que denominaron el bienestar real de su población. “Si bien el crecimiento económico es importante, y es algo que seguiremos buscando, por sí mismo no garantiza las mejoras de los estándares de vida de los neozelandeses” señaló la primera ministra, Jacinda Arden. 

En suma, es positivo que se enriquezcan las metodologías e indicadores para medir el desarrollo y bienestar, sin embargo, estas no tendrían por qué sustituir al PIB, sino simplemente complementarlo.