La Taquería

“Esto no es un capricho, es una necesidad”

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Para todos los Mexicanos:

Escribo esta carta para ti, tú que te rodeas y formas parte del problema.

Son más que sabidos en todo el país los terribles acontecimientos que le sucedieron a Ingrid y a Fátima. Ingrid con tan solo 25 años de edad fue asesinada y mutilada a manos de su pareja. Como muchas otras mujeres, ella había denunciado violencia familiar pero, igual que todos los demás casos que terminaron como el de Ingrid, nadie hizo nada. Luego tenemos a Fátima, una niña que tenía 7 años de edad. Ella fue a su escuela y en la salida una mujer la recogió y la llevó a lo que sería un feminicidio más.

Se compartieron fotos, se hicieron manifestaciones, se cuestionó a las autoridades e inclusive al presidente. ¿Qué obtuvimos como resultado? Que en la rueda de prensa que se le hace cada mañana al presidente Andrés Manuel López Obrador que el reportero Carlos Domínguez minimizara y despreciara la problemática con un “ya se habló suficiente del tema”. Carlos Domínguez, yo no soy autoridad periodística para cuestionar tu trayectoria en Nación 14, pero como ciudadana y como mujer sí te puedo decir, ¿realmente ya se habló suficiente de este tema? Porque, de ser así, cómo explicamos los 976 feminicidios en 2019, las 718,019 denuncias de las mujeres que se atrevieron a hablar sobre la violencia familiar que viven a diario o que 1 de cada 10 feminicidios en México cobre vidas infantiles. Lamento mucho la falta de empatía que tiene por la triste situación que México vive como sociedad. Pero sería injusto decir que Carlos Domínguez es la única persona apática ante tal situación. El problema es de todos los mexicanos y las mexicanas. Todos de forma directa o indirecta formamos parte del problema, ya basta.

Cada que juzgamos a una mujer o la desvalorizamos, formamos parte del problema. Cada que compartimos fotos que la humillen, que la difamamos o creamos chismes sobre alguna decisión que tomó, formamos parte del problema. Cada que vemos violencia física, verbal, psicológica y no hacemos nada porque no es nuestro asunto, formamos parte del problema. Esto más que ser una cuestión de hombres o mujeres, es sobre humanidad. Tú como persona y como ciudadano o ciudadana tienes la responsabilidad de no quedarte callado, aunque esto no te afecte directamente a ti, tienes la responsabilidad de hablar. Tú como mexicano o como mexicana tienes la obligación de darle más a tu país. Porque a México lo conformamos todos y todas. Que se esté violentando, ultrajando y asesinando de distintas maneras a las mujeres es decepcionante. Basta de tanto amarillismo y morbo que se crea con cada lamentable y doloroso feminicidio.

Tú, mexicano y mexicana, te hablo a ti. Hemos decepcionado a nuestro país y a las futuras generaciones que estarán en dónde estás tú. Ellos y tú merecen más. Sigamos marchando, sigamos quejándonos y exigiendo a las autoridades respuestas, por que este no es un capricho, no es una sugerencia, es una necesidad. Si para frenarnos dirás: “hay maneras, ¿Por qué pintar paredes y monumentos?”, o harás burla a los himnos de protesta, te invito a que pongas en una balanza qué es más importante, ¿La vida de una persona (por no decir miles que han muerto) o una pared? Te contestaré que los monumentos históricos son una representación directa de la sociedad y cómo se fue moldeando a través de su historia, así que, que se pinten con los nombres de las personas que han muerto en esta masacre nacional te hará ver de una forma constante y pública la gravedad de este problema. Te responderé también que en cuanto formas, se han intentado de todas, se han hecho incontables denuncias formales que no han sido más que archivadas, se ha ido a los medios, a sociedades civiles, se han juntado firmas y se han hecho marchas pacíficas, pero nadie ha hecho nada. Si pintando una pared, si cantando de forma ordenada, si usando un distintivo y organizándonos en distintos estados del país es como llamamos la atención para que por lo menos se hable del problema a nivel nacional e internacional, entonces creo que se debe seguir haciendo.

Te escribo a ti, tú que tratas de resolver el problema, tú que has visto cualquier situación relacionada, tú que incentivas de forma directa o indirecta estas circunstancias. Merecemos más, todos. No porque no te afecte directamente un problema significa que debes ser apático a él. Deja de hablar, deja de usarlo como morbo o el chisme del día. Actúa, desde tu propio círculo social, identifica el machismo, la violencia, los abusos y actúa, haz algo. ¿Cuántas más deben morir o sufrir para que hagas algo?