La Taquería

Fantasmas de 2008

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¿Qué sucede cuando a un mercado lo controlan pocos participantes? La teoría económica pudiera dar una respuesta, pero en la práctica existe un incentivo para obtener un beneficio adicional a expensas de terceros. El sistema financiero mexicano es operado por relativamente pocas instituciones, de las cuales una pequeña cantidad de ellas lo controla de forma oligopólica.

Dependiendo el sector del sistema existen actores más fuertes que otros; ciertos bancos en el otorgamiento de crédito a gobiernos, algunas casas de bolsa en la colocación de acciones y diversas afores en la compra de ofertas públicas, por nombrar algunos.

Recordando lo sucedido hace 9 años en la mayor crisis financiera mundial, el poder y alcance de las grandes instituciones financieras (de Estados Unidos y Europa principalmente) de la mano de una regulación gubernamental laxa resultó en un abuso de los mercados financieros que causó una debacle que aún resienten las economías mundiales.

Sin embargo, en México no nos quedamos atrás y a pesar de ver los resultados que el pasarse de listo puede causar, hay quienes quieren copiar las malas prácticas de los responsables de la crisis de 2008 en detrimento del sistema financiero mexicano:

En abril de este año la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) notificó a las afores Banorte XXI, Principal, GNP Profuturo y Sura por una supuesta colusión para la fijación de precios y la repartición de clientes entre 2012 y 2014. Finalmente, la semana pasada la autoridad anunció multas por un total de 1,100 millones de pesos a las mencionadas afores por prácticas monopólicas en el mercado de fondos de ahorro para el retiro.

La actividad sancionada consistió en retardar de forma coordinada el traspaso de empleados de una administradora a otra con el fin de reducir costos comerciales y así aumentar utilidades. En otras palabras, estas instituciones se pusieron de acuerdo para no quitarse clientes entre ellos al desincentivar el traspaso de afore al que por ley los trabajadores tienen derecho.

También en abril pasado, la Cofece informó sobre una investigación para determinar si existió manipulación del mercado de deuda gubernamental por parte de casas de bolsa, bancos, fondos de inversión e incluso afores. El asunto es que los intermediarios del sistema financiero pudieron haber obtenido un beneficio al ofrecer instrumentos de inversión con un sobreprecio a sus clientes y al mismo tiempo haber causado un encarecimiento en los costos de la deuda para el gobierno, lo cual repercute en las finanzas públicas.

Aunque aún no existen culpables y la investigación puede durar hasta dos años, estas supuestas prácticas afectan a inversionistas, gobiernos y a la confianza en el sistema financiero.

La gravedad de estos dos ejemplos no sólo consiste en el daño y perjuicio a las personas directamente afectadas sino en el aumento del riesgo sistémico que estas prácticas pueden ocasionar. La alteración de un precio o de una tasa puede ser un hecho aislado o puede desencadenar en una mini crisis para un sector que posteriormente puede traducirse en una amenaza al sistema financiero.

Suena fatalista, quizá exagerado, pero los mercados financieros al estar globalmente interconectados deben ser operados de manera minuciosa y con un gran sentido de responsabilidad. ¿Acaso no se aprendió nada de 2008?




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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Acerca de Roberto Güemes Navarro
Lic. En Finanzas Internacionales.Ex funcionario de gobierno estatal y municipal. Co-fundador de Navarro&Navarro, marca dedicada al diseño y confección de vestimenta para dama. Aficionado al tennis, la música, la gastronomía y la lectura sobre negocios y política.