La Taquería

La Historia de los Niños Héroes

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13 de septiembre es una fecha emblemática para la Nación, otro aniversario más de gesta de los Niños Héroes.

Dicho día pero de 1847, el ejército de los Estados Unidos atacaba el Castillo de Chapultepec comandados por Winfield Scott. Esa guerra contra los estadounidenses prueba como el gobierno mexicano nunca estuvo listo para enfrentar un conflicto de tal magnitud. Como la cerrazón, la incapacidad y el desorden crea un verdadero desaguisado de proporciones enormes.

Ese día, el histórico veterano, Nicolás Bravo enfrentaba a un monstruo, un monstruo colosal. Con apenas 832 hombres enfrentaba 7000 mejor preparados y entrenados. Bravo no pudo contener el embate y el coronel Santiago Felipe Xicoténcatl cayó en plena acción de auxilio al mando del Batallón Activo de San Blas.

En pocas horas los norteamericanos tomaron Chapultepec enfrentando a un ejército mexicano anticuado y limitado. Y aunque la historia solo recuerda 6 a pesar de que existieron otros más, este 13 de septiembre merece ser recordado como un día triste no como un día alegre.

La verdadera historia de la guerra se debe conocer a profundidad para valorar mejor los hechos y no es que lo que hicieron los Cadetes (si es que existieron) sea poco importante sino que la Historia oficial profundiza poco en este relato. No se cuenta correctamente el contexto ni los intereses de ambos bandos y se celebra más el mito o la costumbre que la situación en si. Tan es así que es casi imposible dudar de la existencia de los Niños Héroes aunque los archivos que se tengan no acrediten su identidad.

Si Escutia o no se lanzó con la bandera poco importa, los norteamericanos tomaron la bandera de igual forma. Sabemos que esta fecha es recordada en parte por Miguel Miramón que estuvo presente ahí pero que en la historia permanece como un traidor.

Esta historia de los Niños Héroes es más una fachada para cubrir una derrota pavorosa, triste y francamente lamentable. Algo muy común en esta patria, el fracaso convertido en “derrota digna”. Ahora que está tan de moda el tema educativo y si se deben reformar o no los libros de texto quizás una revisión histórica de los textos no estaría mal.

El gran Jorge Ibargüengoitia decía que a veces se ponía a reflexionar si la historia de México en verdad era triste y de ser así, ¿cómo asumirlo?…

En un país como el nuestro de tantas tristezas… con medianas alegrías habrá que conformarse.

Lo dicho, dicho está.

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