La Taquería

TENENCIA Y LEY DE COORDINACIÓN

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Se armonizan los poderes en Nuevo León. Por más dolorosos que sean los tropiezos, siempre existe una enseñanza: se identifica el error cometido, y se toman acciones para no repetirlo. En el caso de nuestro estado, y siendo conservador con mis afirmaciones, puedo sostener que nunca habíamos experimentado una separación de poderes tan doctrinal.

Acabamos de experimentar una de las primeras curvas de aprendizaje con la aprobación y vetos de la tenencia y la Ley de Coordinación Hacendaria.

Y es que es la primera vez en nuestra historia que quien gobierna no tiene un grupo político de los mismos colores en el Congreso del Estado. Esta ecuación inédita en la política de Nuevo León crea un nuevo paradigma político digno de utopías (y más considerando la cantidad de votos obtenidos por el Gobernador en las urnas), y como tal, acabamos de experimentar una de las primeras curvas de aprendizaje con la aprobación y vetos de la tenencia y la Ley de Coordinación Hacendaria.

El Secretario General de Gobierno, Manuel González, acudió a reunirse con los líderes de las fracciones de los diputados a exponer de manera sucinta, pero concreta, la inviabilidad económica de eliminar este impuesto de tajo el primer año.

Como todos recordamos, el Congreso comenzó por proponer la eliminación total de la tenencia el siguiente año. Ante esto, el Secretario General de Gobierno, Manuel González, acudió a reunirse con los líderes de las fracciones de los diputados a exponer de manera sucinta, pero concreta, la inviabilidad económica de eliminar este impuesto de tajo el primer año, ante la crisis financiera más grande que ha tenido Nuevo León.

Así, muy razonablemente, se acordó una eliminación gradual de la tenencia vehicular: en 2016 se pagaría el 60%, en 2017 el 30% y en 2018 ya habría quedado eliminada completamente. En este orden de ideas, el Ejecutivo con mucho gusto dio a conocer la noticia, pues había sido promesa de campaña.

El impacto financiero se había medido, y en los términos negociados era viable para todos. Sin embargo, después del acuerdo el Congreso aprobó la creación de una nueva Ley de Coordinación Hacendaria.

El impacto financiero se había medido, y en los términos negociados era viable para todos. Sin embargo, después del acuerdo el Congreso aprobó la creación de una nueva Ley de Coordinación Hacendaria. A pesar de que contemplaba elementos positivos como la fijación de plazos, actualizaciones e intereses para evitar el famoso “jineteo de los recursos”, lo cual a todas luces se percibió como positivo por el Ejecutivo, también contemplaba el aumento en las transferencias de las participaciones federales a los municipios, así como la forzosa creación de fondos de apoyo.

El impacto adicional a las finanzas de dicha Ley obligó al Ejecutivo a romper con el acuerdo de la tenencia, pues la suma de ambas propuestas descuidaba irresponsablemente las arcas del estado, orillándolo a vetarlas para poder negociar la promulgación de ambas en términos que si fueran viables después de hacer las corridas necesarias.

Y como dirán: “El resto fue historia”. Se alcanzó una negociación digna de políticos responsables con excelentes resultados: se elimina la tenencia gradualmente, se establecen candados para evitar el “jineteo” de recursos y se crean fondos de apoyo a los municipios. Felicidades, Nuevo León.

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