La Taquería

OpenGov y CivicTech. Y eso, ¿cómo se come?

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“Ni el #YoSoy132, ni #AyotzinapaVive, ni los partidos políticos tradicionales me habían funcionado. En Wikipolítica encontré la manera de involucrarme.” Esto decía Ana Vicencio hace dos meses cuando la conocí en una charla sobre participación ciudadana.

Ana, alta y afable, es una joven más involucrada en proyectos que encabezan la ola de innovación cívica a nivel global que, furtiva pero seguramente, cambiarán la manera en que entendemos “política” y “gobierno”. Wikipolítica fue su campo de acción, un colectivo de personas sin filiaciones partidistas que aprovechan las tecnologías para involucrar a más personas en la toma de decisiones públicas. Ana colaboró en la campaña de Pedro Kumamoto, la campaña de Kumamoto fue un proyecto de Wikipolítica. Wikipolítica es un ejemplo de Tecnología Cívica, o Civic Tech, y la Civic Tech mucho tiene que ver con Gobierno Abierto u OpenGov. ¿Me sigues?

En su definición contemporánea, Gobierno Abierto (Open Government, OpenGov) es una doctrina política que propone aplicar los principios de software libre al servicio de la democracia.

En su definición contemporánea, Gobierno Abierto (Open Government, OpenGov) es una doctrina política (mhmm, y noh fuimo’ hahta arriba) que propone aplicar los principios de software libre al servicio de la democracia. A ver… ¡¿qué?! Sí; que la legislación se abra para t-o-d-o-s y que todo ciudadano interesado pueda contribuir a la creación de política, igual que en un documento wiki. La idea es que la sabiduría colectiva reine para beneficiar el proceso de toma de decisiones y mejorar la democracia. Si algunos de los más fuertes problemas de las democracias alrededor del mundo son los errores en la representación de distintos sectores de la población y la ausencia de canales para el involucramiento de los ciudadanos, el Gobierno Abierto, con sus pilares de transparencia, participación y colaboración, se convierte en la antidroga del siglo.

Entonces, Civic Tech son aquellas aplicaciones, proyectos, plataformas digitales —que ya existen y la idea de hoy es compartirlas— que permiten la participación ciudadana para facilitar la comunicación ciudadano-ciudadano, ciudadano-gobierno, mejorar la infraestructura del gobierno y, en general, eficientar a los gobiernos locales y nacionales. Las Civic Tech conforman los primeros ejercicios reales de Gobierno Abierto, y como verás a continuación, la ola ya está crecidita.

A nivel internacional existe la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA), un esfuerzo por transparentar todos los datos que emite y controla el gobierno. Esto es gigante, ya que hasta ahora, 63 países (incluyendo México, en donde se celebrará la próxima cumbre a finales de este mismo mes) se han sumado a la iniciativa que pretende que los gobiernos no sólo divulguen los registros públicos tradicionales a petición del ciudadano, sino que proactivamente los comparta incluso antes de que estos sean solicitados. Es importante destacar que una de sus más contundentes propuestas exige la apertura de datos. A escasos días de celebrarse la cumbre internacional para concretar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los países de AGA y muchos otros cabildean para que se adopte la Carta Internacional para Datos Abiertos, buscando incrementar la “accesibilidad, interoperabilidad, usabilidad e impacto” de los Datos Abiertos a nivel global, pues pueden ser un vehículo para el desarrollo sostenible.

A nivel nacional aparece Transparencia Mexicana, capítulo mexicano de Transparency International que busca combatir la corrupción e impulsa el sitio web 3de3.mx para conocer las declaraciones de los candidatos a puestos de representación en todo México; Codeando México, una plataforma de cívica digital que impulsa precisamente retos para que se desarrollen iniciativas Civic Tech; Ligue Político, una app a través de la cual puedes exigirles sus declaraciones a tus candidatos; Gobierno Fácil, páginas web que “decodifican” datos de gobierno y los ponen al servicio de la ciudadanía en formatos totalmente abiertos y entendibles.

A nivel local existen iniciativas como el CIC Monterrey, plataforma que recolecta diariamente reportes desde el tráfico hasta de crímenes por medio de twitter y que también desarrolló la aplicación Visor Electoral para reportar irregularidades en las elecciones pasadas; así como muchas otras más en temas especializados como Bosque Urbano México (BUM), que permite inventariar colectivamente todos los árboles, parques y azoteas verdes del área metropolitana de Monterrey; La Banqueta se Respeta, que permite reportar todas las irregularidades en el sistema de banquetas de la ciudad para exigir que sean de acceso universal; entre otras, todas promoviendo el uso de las redes sociales y aplicaciones web como canales de comunicación entre ciudadanos y gobierno.

Todas estas iniciativas y las muchas que puedo desconocer, desde la más pequeña hasta la más grande, contribuyen a un objetivo mayor, que es el de alcanzar gobiernos más abiertos, más responsables de sus actos y más responsivos para con sus ciudadanos.

Todas estas iniciativas y las muchas que puedo desconocer, desde la más pequeña hasta la más grande, contribuyen a un objetivo mayor, que es el de alcanzar gobiernos más abiertos, más responsables de sus actos y más responsivos para con sus ciudadanos.

Si en México los vicios políticos más insidiosos son la corrupción, la impunidad, y en la población es la apatía, resuelvo que los principios de OpenGov y las propuestas de las CivicTech son exactamente la cura, ¿no?

Hay que prestar atención a aquellos agentes innovadores que están proponiendo nuevos modelos de gobernanza… escritos en código.

Así, en esta época en que la política parece ser tallada en piedra todavía, hay que prestar atención a aquellos agentes innovadores que están proponiendo nuevos modelos de gobernanza… escritos en código. Por mientras dediquémonos a cerrar la brecha digital en México, para que cuando la hayamos borrado, ya estén más maduras estas propuestas de la nueva era de civismo digital y todos podamos entrarle.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”